Cazador cazado, por Simón Boccanegra
El ministro de Energía Eléctrica, bajo cuya responsabilidad está Corpoelec, acaba de denunciar que ha sido «estafado» por… Corpoelec. Poniéndose la gorra de ciudadano común ha dicho, muy irritado, que le cortaron la luz y le cobraron un recibo que ya había pagado, con un consumo distinto y, por si fuera poco, lo multaron. Promete una investigación para castigar a los responsables de esta marrullería, que según él, son gente de Corpoelec. Bueno, Héctor Navarro, que es el ministro en cuestión, puede no sólo protestar sino tomar medidas precisamente porque es ministro, pero lo que a él le sucedió le ocurre a muchos otros hogares, que se calan la estafa porque, incluso si reclaman, nadie les hace caso. Ahora, está muy bien que el ministro se haya puesto bravo porque hace la pregunta que mucha gente se hace de si la ineficiencia de la administración pública es desde siempre o tiene que ver sólo con este gobierno. En efecto, la administración pública no es que haya sido un modelo de eficiencia desde que existe, pero bajo la «revolución» la cosa se ha puesto «tan peor» que el propio Chacumbele ha tenido que referirse al tema y regañar a sus ministros. La ineficiencia es ya un rasgo propio del proceso. El chavismo como gobierno es ineficiente o no es. La camarilla gobernante tiene tan escaso personal eficiente a su disposición porque sus criterios para seleccionar y designar funcionarios no son meritocráticos sino carnetocráticos. Por eso no salen de la misma gente, que va de un cargo a otro, sin nunca rendir cuentas del cargo que dejan atrás. Así, así, así es que se gobierna.
