Cazando gazapos, por Simón Boccanegra
1) Yo El Supremo, aunque no lo dijo con todas sus letras, endosó, en la práctica, el “Plan Colombia” en su reunión con Uribe, al proclamar, como suele hacerlo, jurando por todos los santos, Maisanta incluido, que nunca ha apoyado ni apoyará a las guerrillas colombianas y, desde luego, tampoco al narcotráfico. Más aún, aseveró que los cuarenta helicópteros rusos serán para reforzar la vigilancia fronteriza, contra narcos, paras… y guerrillas. Eso, por supuesto, está muy bien y seguramente Uribe y los colombianos agradecen esa posición.
Quienes sí deben estar desconcertados son los esforzados activistas de las UBE, que llenaron todas las paredes de Venezuela con unas pintas que dicen “No al Plan Colombia”.
2) Yo El Supremo dijo que “por ahora” no es tiempo de amnistía, que los amnistiables deben arrepentirse primero y que debe esperarse que terminen los juicios contra ellos. La amnistía es un acto de grandeza del gobernante. Se da o no se da, pero sin condiciones. Si a Chávez se las hubieran impuesto todavía estaría preso. Ni había sido condenado ni expresó ningún arrepentimiento.Todo lo contrario. Salió a conspirar otra vez, pidiendo la renuncia de Caldera, proclamando abstención electoral, hasta que entendió que ese camino lo llevaba a la nada. Sin embargo, fue amnistiado.