CEV: «No es la palabra política la que tiene la primacía en el pueblo»
El arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor José Luis Azuaje, dirigió las palabras de instalación de la Asamblea, presentando el panorama nacional y eclesial de Venezuela
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) celebró este martes su centésima decima cuarta (CXIV) Asamblea Plenaria del Episcopado Venezolano, la cual se realizó de forma virtual debido a las limitaciones actuales a causa de la pandemia por covid-19.
La misma comenzó con la Adoración Eucarística llevada a cabo por el Primer Vicepresidente de la CEV, monseñor Mario Moronta, desde la Diócesis de San Cristóbal.
Moronta se refirió al salmo 137 de las antiguas escrituras, de las cuales realizó una semejanza con los tiempos actuales. “Nos permite iluminar la situación que vivimos desde hace mucho tiempo y, ahora, endurecida por la pandemia que nos acosa y nos coloca ante situaciones de peligros mayores”, a lo que agregó que el salmo se trata de un pueblo que atraviesa una experiencia amarga.
Seguidamente, el arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor José Luis Azuaje, dirigió las palabras de instalación de la Asamblea, presentando el panorama nacional y eclesial de Venezuela, en los que señala diversos aspectos importantes a tener en cuenta para la realización de las acciones pastorales pertinentes en función a los signos de los tiempos.
En este sentido, el sacerdote manifestó su asombro por ser la primera vez en la historia de la organización eclesiástica que realizan dicho encuentro a través de internet. “Nunca en la historia habíamos tenido esta experiencia de realizar una Asamblea Episcopal de manera virtual”, dijo.
En cuanto al ámbito social, el dirigente católico recordó los momentos difíciles que se vive en el mundo hoy día, a lo que agregó que la situación actual se debe asumir con una percepción de esperanza, a la espera del momento del reencuentro.
“Cuando la humanidad se creía todopoderosa, con avances tecnológicos y científicos de grandes proporciones, con ideologías que trastocaban todos los aspectos de la vida, con un afán de consumo que va más allá de la posible producción, todo se ve paralizado por un ser diminuto (…) La palabra clave es que somos frágiles, y que ante todos los males que se ciernen sobre la esperanza, la respuesta es la fe”, expresó.
Igualmente, el monseñor no perdió la oportunidad de referirse a la situación política y social que agobia al país. “La historia política e institucional en el país ha sufrido una ruptura, se encuentra en una decadencia cuyas consecuencias se sienten en la precaria vida cotidiana del pueblo y hasta en el alma herida de las personas”, dijo.
Azuaje indicó que la fe cristiana tiene mucho que aportar, y que uno de los elementos básicos es “la esperanza en el futuro fundamentado en la promoción de la dignidad humana” y “el bien común”, a lo que agregó ciertos aspectos como elementos claves para lograr los objetivos: Despertar la confianza en el pueblo, desarrollar una actitud de esperanza, promover la ayuda humanitaria, trabajar la cultura del encuentro; acercarse al otro desde la empatía; constituir un liderazgo inclusivo y abrir horizontes hacia lo que no se conoce.
“Después de la pandemia, millones de personas quedarán con un inmenso sufrimiento; si queremos abrirnos al futuro tenemos que sensibilizarnos más con los vulnerables (…) La Iglesia tiene mucho que aportar en este momento de pandemia así como en la post-pandemia; su aportación debe estar dirigida a crear estímulos para no volver al más de lo mismo”, indicó.
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Sin embargo, exhortó a la población venezolana a no perder la confianza en Dios. “Ante todos estos males que son reales y se cierran a la esperanza, la apuesta es por la fe, el creer en Jesucristo y, en Él, se descubre la esperanza última que anima el sentido de la vida y de la historia (…) Por lo tanto, no es la palabra política la que tiene la primacía en el pueblo, ni la que redime, sino la Palabra de Dios en su ámbito profético y sapiencial que genera esperanza y transformación. O es que acaso no tenemos fe”.
Asimismo, Azuaje señaló que los cristianos “tienen mucho que aportar” ante la situación actual, “empezando por la esperanza y la defensa de la Dignidad Humana”, al tiempo que agradeció la labor realizada por la organización “Cáritas de Venezuela” durante los últimos meses, en respuesta a la difícil situación de los más desfavorecidos ante la falta de recursos alimentarios, necesidades intensificadas durante la pandemia.
“La propuesta es humanizar todo. Que el centro sea la vida, fomentando una ecología integral donde se construya un equilibrio humano y ecológico, y donde se respeten los derechos humanos de todos y todas, donde los sistemas políticos y las leyes se pongan al servicio de las personas y pueblos enteros”, expresó.
Por último, hizo mención además, al júbilo por la aprobación de la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, acotando que se trata además de un compromiso que asumen los venezolanos para imitar las virtudes cristianas del próximo Beato, y refiriéndose a las actividades a planificar a razón de este acontecimiento, exhortó a que “todo lo que hagamos y planifiquemos de aquí en adelante tenga ese sabor a pueblo en la humildad y sencillez como valores que acompañaron siempre a este insigne médico de los pobres”.