Chacumbele aplica las leyes de la dialéctica

Chacumbele está vuelto un ocho con las cucharadas para caballo de marxismo-giordanismo que le está metiendo Jorge Giordani. Con todas sus vainas, el Chávez pre-marxista era un tipo creativo, pero el de ahora se nos está tornando en uno de esos grises burócratas soviéticos, que no hacían otra cosa que salmodiar los textos sagrados, codificados en aquel engendro inventado por Stalin, el marxismo-leninismo, que durante décadas fue la religión, en sentido estricto, del movimiento comunista. Ahora, Chacumbele nos aturde con terminachos sacados de la retórica marxista-leninista, que utiliza como quien estrena zapatos nuevos. Le aprietan, pero igual camina con ellos. El domingo, después de instruir a un grupo de trabajadores que han puesto a funcionar una fábrica de café molido, acerca de que la producción no es para generar ganancias sino para satisfacer «necesidades sociales», el Hiperlíder, anunció que daría una plata a los concejos municipales de la frontera. Inadvertidamente dijo que esos reales saldrían de «las ganancias de Cantv». De pronto recordó su sermón de pocos minutos antes, sobre la producción sin ganancias y, un poco empatucado mentalmente, se salió, sin embargo, de la suerte, diciendo que «bueno, hay algunas empresas que sí deben producir ganancias, como Cantv, por ejemplo». Se diría a sí mismo que eso es la dialéctica. El socialismo pret-a-porter, a la medida del autócrata. Hay otra empresa que también debe producir ganancias: Pdvsa. De lo contrario, ¿de dónde saldrían los dólares para pasear por la Patagonia?