¿Chacumbele contra el culto a la personalidad?
Todo el mundo debe estarse preguntando qué bicho le picó a Chacumbele. Ahora prohibió la utilización de su imagen en las obras públicas, reservándose, sin embargo, el derecho a autorizar su empleo en actividades políticas y sociales. ¿Está rectificando eso que llaman el «culto a la personalidad» tan aberrante ya que hasta a él mismo le choca? ¿Un súbito ataque de modestia? ¿Sugerencia de los cubanos? Nada de esto.
Este minicronista no cree que sea necesario darle muchas vueltas al asunto. Sencillamente, se dio cuenta de que montones de obras públicas (viviendas, carreteras, escuelas, etc.) no son sino una valla con su vera efigie, detrás de la cual no hay nada. A todo el que pasa por el sitio, esa valla le recuerda permanentemente, desde hace años, que el tercio allí retratado es el responsable del vacío, la ruina, los escombros, la promesa incumplida. De modo que de ahora en adelante que se retraten los ministros y los gobernadores, pero a Yo-El-Supremo que no lo asocien a las imágenes del fracaso. Por supuesto, ya hay quienes deben estar pensando en el negocito que acaba de nacer. Desmontar las miles de vallas existentes seguramente va a costar un dineral, ¿y cuánto hay pa’ eso? Por otro lado, ya debe tener lista la autorización para que su cara sea «utilizada» en ese evento político que será la elección presidencial de 2012, y en todos los prolegómenos de esta. No teman los muchachones del PSUV; en estos dos años no les faltará esa imagen sin la cual no son capaces de emocionar a nadie. Pero ya que Chacumbele está en ese plan, ¿por qué no dicta un decreto que acabe con las cadenas o les fije el límite que cualquier sociedad democrática toleraría? Ese sí que sería un verdadero gesto de respeto por el país y su gente.