Chavismo ha incorporado favorablemente las comunas como activos para vigilancia y control
Con nuevas leyes, reformas de las existentes y el reciente engranaje entre las comunas, los poderes públicos y la Fuerza Armada producto de la «amenaza» de Estados Unidos en el Caribe, el chavismo logró incorporar sin aspavientos las estructuras principales del llamado Estado comunal para labores de vigilancia y control. «Están saliendo a flote las redes más vinculadas y cohesionadas con el Estado», señala Lexys Rendón, de Laboratorio de Paz
Foto de portada: Nicole Kolster | BBC Mundo
El Estado comunal no es una promesa nueva, pero sí una realidad para el chavismo que ha avanzado en la incorporación de las comunas en todos los sectores de la sociedad, ya sea como grandes articuladores de proyectos que corresponden a alcaldías, supervisores del funcionamiento de servicios públicos y ahora como grandes “vigilantes” y combatientes ante “amenazas”.
Los cambios legislativos de todo el sistema comunal, solicitados en 2022 y que se concretaron en noviembre de 2024 con la reforma a la Ley Orgánica de Comunas, así como las continuas elecciones de proyectos y el entrenamiento militar tras el despliegue de Estados Unidos en el Caribe mantienen las estructuras “aceitadas”, como lo ha solicitado Nicolás Maduro y el alto mando del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
La última pieza del engranaje se dio el martes 11 de noviembre con la aprobación de la Ley del Comando para la Defensa Integral de la Nación, donde quedó plasmada una nueva estructura: los Órganos de Dirección para la Defensa Integral (ODDI).
¿Quiénes lo integran? Las distintas “organizaciones e instancias del Poder Popular” -que no están plasmadas en la Constitución-, conjuntamente con la “acción del Poder Público”. Todo ello bajo la capacitación y vigilancia de la Fuerza Armada Nacional.
Ahora las comunas, además de velar por la construcción de canchas o arreglo de calles y CDI, también tendrán su participación en la “planificación, articulación y ejecución de medidas y actividades de defensa integral” frente a “situaciones de amenaza o agresión que pretendan perturbar la paz y tranquilidad de la República”, como dice la Ley.
Lexys Rendón, socióloga y directora del Laboratorio de Paz, señala que después del 2024, la administración de Nicolás Maduro “había dicho que iba a tener una transformación hacia el Estado comunal, es decir, las estructuras más vinculadas y engranadas en este tipo de autoritarismo son las que van a tener el poder incluso para lo que se dice y hace. Eso es lo que vemos”.
La situación en el Caribe, a juicio de la directora de Laboratorio de Paz, terminó de dar el viraje pues no solo se debe “mostrar a una Fuerza Armada muy cohesionada”, sino configurar “grupos haciendo lobby para que el Estado venezolano permanezca, grupos sociales que son los que están haciendo inteligencia. Este es el Estado que va a permanecer independientemente de lo que pase, a menos que ocurra una transición hacia la democracia”.
“Este Estado está actuando, ya asumiendo el control con la excusa de lo que pueda pasar con la excusa de una amenaza exterior”, afirma Rendón.
Insiste que, en la actualidad, “están saliendo a flote las redes más vinculadas y cohesionadas con el Estado, y estas redes tienen este ecosistema militar, económico, social, de todo orden, que es el que tiene la permanencia y que está actuando para terminar de controlar el espacio ciudadano. Todo lo que está fuera de eso, es sospechoso y es visto como un enemigo”.
Comunas, los últimos articuladores
Andrés González, director de la firma EsPolitiks, considera que con estas nuevas leyes y medidas “el chavismo busca fusionar sus mermadas fuerzas políticas en lo que han llamado Comandos de Defensa Integral, que no es más que poner al Estado y a sus cuadros en alerta máxima frente a una eventual acción armada de los Estados Unidos contra el régimen”.
Tanto Nicolás Maduro como Diosdado Cabello se han referido a esos escenarios de “resistencia prolongada” para mantener las actividades esenciales del país activas durante una confrontación. Esto no significa que quede de lado la “ofensiva”.
«No es meternos en una trinchera, como, perdónenme que tome ejemplo, pues como un pueblo que se metió en una trinchera y ahí los agarraron congelados. Porque no hicieron más nada. Si nosotros nos metemos en una trinchera, es para joderlos», dijo el ministro Cabello el pasado 4 de noviembre durante un congreso del PSUV.
Ver esta publicación en Instagram
Desde el punto de vista ofensivo, Andrés González indica que ese escenario de “resistencia prolongada” no es más que una doctrina de la FAN “inspirada en las tácticas de Mao en China, en la que las Fuerzas Armadas, colectivos y policías hagan una guerra de guerrillas contra los Estados Unidos en caso de que ocurra una invasión. El problema que tiene esta aplicación es que, como su nombre indica, necesita ser popular. Cosa que el chavismo no es, tal como vimos el 28J”.
Según un reporte de la agencia Reuters, que revisó documentos de la FAN, las estrategias de defensa del chavismo pasan por un escenario de guerrilla y anarquismo para enfrentar una amenaza externa.
Maduro ha dicho que alrededor de ocho millones de personas se han alistado para entrenamientos militares junto a la Milicia Bolivariana. Sin embargo, una fuente con conocimientos en defensa y seguridad le dijo a Reuters que, en un escenario de anarquía, sólo participarían entre cinco mil y siete mil personas, incluyendo personal de inteligencia, militantes armados del PSUV e integrantes de milicias, además de unos 60.000 miembros del Ejército y la Guardia Nacional.
“Lo que sí podrían hacer las fuerzas del madurismo en caso de su derrocamiento, podría ser desestabilizar la transición con la ayuda de grupos criminales y miembros de la FAN involucrados en violaciones sistemáticas de DDHH”, coincide Andrés González.
Vigilancia y control
Otro escenario donde se ha vinculado activamente a las comunas y consejos comunales, especialmente desde las elecciones presidenciales de 2024, es en labores de vigilancia. El sistema VenApp, que activó funciones para reportar a “terroristas” durante las protestas del año pasado, ahora incluye por órdenes de Nicolás Maduro opciones como “avistamiento de drones” o “presencia de personas sospechosas”.
Lexys Rendón, directora del Laboratorio de Paz, señala que “en este nuevo estadio de autoritarismo más concentrado, más férreo, donde la política de Estado es la sospecha, dicho por el propio ministro de Interior, Justicia y Paz, lo que tenemos es una aplicación para el control, para el terror de Estado, para anular la disidencia, para que puedas tener un ojo en cada una de las localidades más pequeñas, incluidas las familias”.
*Lea también: Meses de represión: chavismo perfecciona detenciones para neutralizar la organización
El problema radica, dice Rendón, en la cohesión de las redes de “confianza” de un Estado que ha dejado de estar vinculado al concepto del bienestar del pueblo, al mantenimiento de la civilis.
“Eso ya no existe en Venezuela. Lo que hay es un Estado que se mantiene de forma autoritaria y todo el que no esté dentro de esa dinámica sólo tiene como opciones irse del país, que ya está consolidado como una política de Estado; quedarse, pero callado, controlado; o vincularse al ecosistema del Estado para su permanencia”, afirma.
Andrés González recuerda que “estamos en un Estado policial, que vigila a los ciudadanos y que castiga la mínima muestra de disidencia. Es un Estado con vocación totalitaria”.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.




