China se sacudió al «Bolívar libio», por Simón Boccanegra
China reconoció al nuevo gobierno libio. Nuestro líder máximo recibe así una nueva bofetada, muy merecida, porque su incomprensión de los problemas mundiales y su ignorancia sobre las razones pragmáticas que mueven las políticas exteriores de todos los países, lo llevan a asumir posturas que lo dejan como ánima en pena en eso que llaman el concierto internacional de las naciones. Libia es todo un caso de estudio sobre la hipocresía y el pragmatismo de las grandes y medianas potencias.
Gaddafi pasó de la condena universal a la condición de estrella en Europa, para luego volver a la condición de paria, escondido como rata y sin que ningún país quiera aceptarlo. Así es la política internacional. Contra lo que Chacumbele cree, el petróleo no ha sido la motivación de la intervención occidental en Libia.
En Libia todos los gigantes petroleros mundiales están presentes y no tenían necesidad de tumbar a Gaddafi para cogerse algo que ya tienen entre manos y sobre lo cual el gobierno provisional ya les ha asegurado la intangibilidad de los contratos entre Libia y las transnacionales petroleras. Una vez que para los chinos eso estuvo claro también, así como para los rusos, se quitaron de tonterías y reconocieron a quien contesta el teléfono en Trípoli, que no es otro que el CNT. Sus contratos petroleros están a salvo y adiós Muammar Gaddafi. Si te vimos no nos acordamos.
A Chacumbele, sin embargo, hay que reconocerle la consecuencia con quienes considera sus amigos. Lo que le ocurre es que se escoge unos panas cada uno más impresentable que el otro, lo cual hace de la política exterior de Venezuela una suerte de coto personal de Chávez, donde los intereses del país no cuentan para nada sino que privan sus odios y amores particulares.
Eso lo coloca siempre del lado equivocado. Vamos a ver si se atreve a reclamarle a los chinos su «inconsecuencia» con el «Bolívar libio».