Cinco Temas: No hay más caminos, por Fernando Luis Egaña
La tragedia venezolana no admite otro camino que no sea la salida de Maduro y los suyos por alguno de los variados mecanismos que dispone la Constitución, y que incluso exige cuando ésta ha sido violentada de una forma tan evidente. Pensar en largos vericuetos de pretendidos diálogos, sólo conducirá a la prolongación del presente. Y eso, repito, no es admisible.
Los aliados externos e internos de la hegemonía, andan elucubrando enredos para que funcionen como trampas caza bobos. No les interesa que la tragedia sea superada. Es más, consideran que la verdadera tragedia sería la salida de Maduro y que se queden sin sus respectivos enchufes a lo que queda del patrimonio público venezolano. No hay más caminos que la salida de Maduro.
Ayuda humanitaria
¿En Venezuela se necesita ayuda humanitaria? Obvio que sí, porque cuando un país cae en crisis humanitaria y hasta en catástrofe humanitaria, lo más urgente es la ayuda humanitaria. Esa ayuda no resuelve los problemas de fondo, pero sí atiende las urgencias, que son innumerables, sobre todo en el campo del suministro de medicinas y alimentos. Pero siendo urgente la ayuda humanitaria, no ha habido manera que la hegemonía la permita, y ni siquiera cuando fue ofrecida por Caritas y otras organizaciones insospechables de intereses políticos.
El argumento de la hegemonía es monstruoso: no se permite la ayuda humanitaria del exterior porque en Venezuela no se necesita ninguna ayuda humanitaria. Según el guión oficial, acá vivimos felices y contentos –a pesar de la guerra económica del Imperio y la derecha lacaya–, y en una realidad tan promisoria, la ayuda humanitaria es un absurdo… ¿Qué tal?
Neutralidad positiva…
No ha sido una frase feliz la del Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, para definir su posición con respecto a la situación venezolana. No se puede ser neutral en un conflicto donde una hegemonía aprovecha todos los instrumentos del poder para despotizar y depredar a un pueblo que reclama la salida de esa hegemonía. Pero no sólo no ha sido feliz desde el concepto mismo, sino desde la brecha que supone con la posición reiterada de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que en esta materia se encuentra más y mejor informada que la Nunciatura en Caracas y la Secretaría de Estado en Roma.
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Al Cardenal Parolin hay que responderle con respeto y con firmeza. En esta cuestión se equivoca, y lo procedente, entonces, es rectificar. Me parece muy bien que el Vaticano siempre tenga la disposición de ayudar a Venezuela. Pero esta no es la manera de hacerlo.
Los tres fundamentos de Guaidó
Desde el principio de su discurso de alcance nacional, Guaidó siempre planteó tres fundamentos para activar el cambio de fondo. El apoyo del pueblo. El apoyo de la comunidad internacional. El apoyo de la FAN. El primero y el segundo están fuera de discusión. Falta el tercero. Sin duda que es necesario. Desde la FAN es que Maduro obtiene el oxígeno que le permite respirar en Miraflores.
La FAN no son un compartimento estanco de la nación. Una especie de zona aislada, amurallada y completamente desconectada de la realidad nacional. Nunca ha sido así y no lo es ahora, aunque no deben subestimarse los esfuerzos de la hegemonía para transmutar a la FAN en un instrumento partisano.
Alexandria Ocasio-Cortez
La novel congresista del partido Demócrata, proveniente y representante de un distrito electoral de la ciudad de Nueva York, ha entrado con gran proyección comunicacional en las grandes ligas de la política de Estados Unidos. Su encanto y garra personal, y su posición ideológica, en la izquierda del espectro, la convierten en una figura de significación. La propuesta que impulsa o el «Nuevo Trato Verde» acaparan titulares y comentarios. A favor y en contra.
Trump la aúpa al reconocerla en el debate público y criticarla. ¿Por qué la aúpa? Pues porque le conviene que el conjunto del partido Demócrata sea percibido como si se desplazara hacia la izquierda. Del liberalismo al socialismo, en términos gringos. Eso le permite, a Trump, encajar mejor en los linderos del centro político-electoral, indispensables para una cualquier victoria en comicios presidenciales. En todo caso, Alexandria Ocasio-Cortez, o AOC, como la llama la prensa, llegó para quedarse.