Coaching: “entrenar” en las empresas, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
Los deportes y los negocios tienen, definitivamente, aspectos en común. En mi artículo “Trabajo en equipo: los negocios no tan lejos del deporte”, publicado el 1º de mayo, comenté que disciplinas como el basquetbol, fútbol y rugby tienen muy claro las ventajas de la interacción grupal y que en el mundo de los negocios esta realidad no es tan distinta: también hay que competir y lograr las metas planteadas que dependen, en gran medida, del trabajo en equipo.
Ahora me quiero referir al coaching, donde el deporte es pionero. El entrenador se encarga de potenciar las habilidades del deportista, para hacer que su rendimiento progrese a través de un plan en el que se establecen los objetivos que se pretenden alcanzar. Por ejemplo, ganar un partido o una competencia.
Esa práctica ha sido trasladada con éxito al mundo de los negocios y su importancia cada vez mayor en las empresas se debe, en gran medida, a su capacidad para potenciar el capital humano y conseguir una integración eficiente de los equipos de trabajo.
En esta época es más que pertinente. La pandemia ha generado perturbaciones dentro de las empresas; sin embargo, toca pensar en cómo construir una nueva normalidad. El coaching puede ayudar a las compañías a alcanzar los objetivos trazados y mejorar sus resultados en cuanto a sostenibilidad, productividad y rentabilidad.
*Lea también: Apagones y más apagones en el interior del país, por Rafael A. Sanabria M.
El coaching empresarial, al igual que en los deportes, implica “entrenar”, es decir, brindar un acompañamiento “a la medida” de cada empresa, con el propósito de asistir a las personas para que rindan, individual y colectivamente, al máximo sus capacidades y habilidades a través de nuevos aprendizajes. Para ello, el coach debe analizar y diseñar un conjunto de técnicas y estrategias enfocadas en desarrollar las potencialidades del personal y, por lo tanto, de los equipos de trabajo.
Es clave que los empleados se sientan más motivados y creativos –esto se puede lograr a través del coaching– pues implicaría un mejor desempeño y mayor sentido de responsabilidad con el trabajo. También se identificarían más con los objetivos, misión, visión y cultura de la compañía.
El coaching empresarial es una forma de buscar la eficiencia. Contribuye a mejorar el clima de la compañía, enriquecer la comunicación, generar espacios de confianza y capacidad para gestionar conflictos de manera efectiva, facilitar el proceso de adaptación al cambio, optimizar el liderazgo y orientar la consecución de objetivos.
Pregunto: ¿Acaso no es lo que requiere una empresa en estos tiempos complejos? Sin duda que sí… Más ahora que las personas han experimentado emociones que, en muchos casos, no saben gestionar de forma correcta, y el coaching puede convertirse en un instrumento eficaz que ayude a controlarlas y así evitar, en el caso de los empleados, que se afecte el desenvolvimiento de las compañías.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo