Coaching laboral: para cuándo, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidSomozaM
El coaching laboral no es una moda ni está de moda. Pero sí ha experimentado un crecimiento entre los profesionales; sobre todo, los más jóvenes, en los últimos años debido a los beneficios que proporciona.
De hecho, el estudio 2022 Global Consumer Awareness Study, de la ICF y PricewaterhouseCoopers (PwC), citado por Santander, revela que la mitad de los millennials ha utilizado el coaching en algún momento y ocho de cada diez conocen el alcance que puede aportar.
La razón de esta preferencia en esa generación se justifica, pues el coaching laboral puede resultar una técnica útil para aquellos profesionales que desean impulsar sus carreras y no están claros cómo hacerlo o qué pasos deben tomar para lograrlo. En muchas ocasiones se convierte en un apoyo clave para que puedan cumplir sus aspiraciones laborales.
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Ahora bien, el coaching o «entrenamiento» no es solo ventajoso para los millennials, cualquier profesional puede beneficiarse, pues se trata de una metodología que se centra en acompañar a una persona durante su camino hasta llegar a un objetivo. Y es allí donde está la clave.
Por eso es importante que los profesionales tengan claro que el coaching no es recibir formación, capacitación o consultoría. Se refiere al «proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que inspira a maximizar tu potencial personal y profesional», según la definición de la International Coach Federation.
Esto quiere decir que el coaching laboral engloba aquellas iniciativas que se centran en impulsar las capacidades en el plano profesional de cada individuo, facilitándole las herramientas de autoanálisis para que descubra por cuenta propia cómo mejorar. El propósito es el autoconocimiento y la autonomía del individuo.
Mediante el coaching laboral las personas también consiguen desarrollar nuevas capacidades y fortalezas, entre ellas, su capacidad analítica, para determinar objetivos, y reflexiva, para pensar acerca de ellos.
Además, las personas adquieren mayor eficiencia en su desempeño, mejoran el equilibrio entre su vida personal y profesional, son capaces de tomar decisiones de forma meditada, aumentan su autoestima y autoconfianza y se atreven a perseguir las metas que realmente le motivan.
Incluso, progresan sus habilidades comunicativas y de socialización y mejora el bienestar personal en cuanto a gestión del estrés, motivación y creatividad.
Esta llista de beneficios podría continuar. Sin embargo, sobre lo que hay que hacer énfasis es que nunca está demás que los profesionales busquen ese ‘empujón’ que les permita crecer, desarrollarse y llevar sus carreras a otro nivel, a expandir sus oportunidades laborales. Y el coaching les proporciona las herramientas para lograrlo.
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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