Coalición planteada por María Corina Machado no es viable ni blinda redemocratización
La coalición internacional que volvió a plantear María Corina Machado, no luce viable en el momento actual. El politólogo Ángel Álvarez cree que si hubiera una coalición con suficiente poder militar y económico para una intervención en Venezuela, nadie tendría que pedirla. John Magdaleno enfatiza que con el escenario propuesto es difícil lograr la apertura hacia una transición democrática
La coalición internacional que, el 8 de junio, volvió a plantear la coordinadora nacional de Vente Venezuela, María Corina Machado, no luce viable en el momento actual. Pero tampoco ofrece garantías de que, tras una acción de este tipo, haya un proceso de redemocratización en el país.
Así lo perciben analistas consultados por TalCual, quienes explican las implicaciones de la Operación de Paz y Estabilización en Venezuela (OPE) presentada por la dirigente opositora.
“Si hubiera algún país o coalición de países con suficiente poder militar y económico para llevar a cabo esa intervención en Venezuela, nadie tendría que pedirla. Ocurriría por la fuerza de los intereses objetivos, económicos y políticos, de ese o esos países. Tal intervención no ocurrió antes ni ocurrirá en el futuro por falta de que María Corina Machado o Juan Guaidó la pretendieran. Ambos la han pedido expresamente antes y varias veces le han dicho que no. Y la razón es muy simple. Venezuela no es una amenaza real para nadie en la región”, enfatiza el politólogo Ángel Álvarez.
Añade que Venezuela es un país depauperado, “cuyo principal efecto sobre los países vecinos es la migración masiva e ilegal, lo cual han intentado los demás países con políticas de regulación o restricción migratoria”. En ese sentido, subraya que el país no es prioridad para nadie que no sean los venezolanos, afectados por la crisis económica, humanitaria y política.
Álvarez recuerda que el planteamiento de una operación internacional, mediante una coalición, ha sido puesto sobre la mesa en otros momentos por María Corina Machado, con lo cual lo atribuye a una consigna política.
“La propuesta de Machado no es una propuesta, es una necesidad de seguir insistiendo en una vía que la llevó a un callejón político sin salida y del cual no puede devolverse sin pagar un costo político aún peor del que está pagando Guaidó por la inoperancia de su mantra», indica el politólogo.
De acuerdo con el planteamiento de María Corina Machado, la Operación de Paz y Estabilización (OPE) “es una operación de paz multifacética”. Se basa en seis aspectos fundamentales
: El control del territorio, seguridad y desarme; la asistencia humanitaria primaria; la reconstrucción de la infraestructura de emergencia y de los servicios públicos; la restauración de la ley y el orden; la promoción del Estado de Derecho; y la reinstitucionalización democrática del país.
«Los venezolanos hemos intentado todo para derrotar al régimen en 21 años de lucha. Los resultados nos obligan a descartar mecanismos que sólo han servido para atornillarlos al poder», argumentó Machado.
Coalición sin incentivos
Para el politólogo Ángel Álvarez, la propuesta de la coalición por parte de la coordinadora nacional de Vente Venezuela lleva a varias preguntas.
En ese sentido, señala: «¿Por qué razón Colombia, Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Alemania, Canadá o los Estados Unidos van a enviar a sus soldados a un país sin agua, sin electricidad, sin gasolina, donde algunos morirán en enfrentamientos con militares y grupos paramilitares o se contagiarán de enfermedades? ¿Qué ganan con ello? ¿Por qué se van a ocupar de Venezuela en medio de una severa contracción económica y una grave pandemia?».
El analista va más allá y deja ver sus dudas respecto a sí otros países van a tener incentivos para enfrentarse con armas a un gobierno con respaldo armado, cuando los propios opositores venezolanos no lo han hecho.
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Por su parte, el politólogo John Magdaleno identifica en la propuesta de María Corina Machado fallas de diseño que cataloga como lagunas.
«No hay ninguna certeza, por lo menos a la fecha, de que se pueda configurar esa coalición, por lo menos, en el corto plazo. No hay ninguna señal de interés manifiesto de los actores que se han convocado para formar de esa coalición de que estén dispuestos a una intervención militar en Venezuela. Entonces, esa modalidad de intervención militar extranjera es la más improbable de todas a la fecha. Se trata de la ocupación territorial con tropas y se formula en un contexto en el que los Estados Unidos, el principal poder disuasivo en el mundo, está retirando tropas en diversos conflictos armadas», explica el politólogo John Magdaleno.
Advierte que la modalidad planteada por la dirigente de Vente Venezuela es más costosa y de la que se tiene menos señales de disposición por parte de los Estados Unidos. Recuerda Magdaleno que el gobierno de Donald Trump formuló, hace meses, una propuesta de negociación al gobierno de Nicolás Maduro, cuyo objetivo es debilitar los respaldos de factores de poder al régimen autoritario.
«Si el gobierno norteamericano está formulando incentivos, difícilmente puede pensarse que está planteándose como opción la intervención militar extranjera bajo la modalidad de ocupación territiorial, menos cuando está a cinco meses de una elección presidencial», subraya.
Coalición no lleva a redemocratización
John Magdaleno enfatiza que «no hay ninguna garantía de redemocratización exitosa en Venezuela bajo la modalidad planteada». Enfatiza que este aspecto está limitado por tres problemas puntuales.
«Supongamos que Estados Unidos decida acometer esa acción, ¿Cuáles son los costos que en el camino tendría que asumir no solo de la reacción en la política interna, sino también en el caso de la reacción internacional de China, Rusia e Irán? Supongamos que el gobierno norteamericano lo desarrolla, lo instrumenta y tiene éxito en el desalojo de quienes están en el poder, ¿Cómo se produce la transferencia de poder, cómo se legitima que otros actores accedan al Ejecutivo? ¿Cuán sostenible, en el caso de que logren lo segundo, es que le transfieran el poder a la oposición de facto, cuán sostenible es que ese gobierno se pueda mantener en el tiempo?», esgrime John Magdaleno.
El analista subraya que con el escenario planteado es difícil lograr la apertura hacia una transición democrática en Venezuela. De allí que Magdaleno formula la siguiente pregunta: «¿Por qué determinados actores de oposición piensan primero que la intervención militar extranjera podría elevar la probabilidad de una transición democrática exitosa en Venezuela?».
El politólogo muestra extrañeza por la certeza en ese mecanismo, pese a que la experiencia internacional no da señales en esa dirección. «¿Acaso esa esos actores de oposición que promueven esa propuesta están pensando que ese es el único escenario bajo el cual pudieran llegar al poder? Sí ese fuera el caso, tampoco estaría seguro de que esa ruta proporciona mayor probabilidad de acceder al poder, porque quizás los beneficiados son otros», expresa.
Más cohesión gubernamental
John Magdaleno indica que una operación como la propuesta lograría mayor cohesión interna de los actores de la coalición dominante, incluyendo las fuerzas irregulares, así como la movilización de los países aliados que conserva el gobierno de Nicolás Maduro.
El politólogo puntualiza que en 100 casos de transición en el mundo que ha estudiado, solo 19 responden al patrón de la invasión extranjera, 11 de los cuales fueron durante la Segunda Guerra Mundial y en el contexto de un conflicto global.
«Hay muy pocas transiciones democráticas efectivas tras una intervención militar extranjera. En América Latina, ha habido solo una: la de Panamá. En el resto de los casos de América Latina y el Caribe, la intervención condujo a guerras civiles prolongadas y gobiernos autoritarios de derecha, terriblemente violadores de los derechos humanos. En Medio Oriente, Asia y África, las intervenciones han sido muy poco efectivas y han conducido a Estados fallidos y fracturas de naciones en países separados. Las pocas medianamente efectivas han sido multinacionales (ejércitos norteamericanos y europeos) y generalmente precedidas de guerras civiles muy violentas y extendidas», acota el politólogo Ángel Álvarez.
Nada en el horizonte
Por su parte, el internacionalista Luis Daniel Álvarez esboza que la propuesta de la Operación de Paz y Estabilización (OPE) carece de oportunidad y de factibilidad.
«Una opción como la planteada no está dentro de las prioridades, ni en la agenda ni en la estructura de la comunidad internacional. Es fácil hablar de la guerra cuando no ser ha vivido, todo ese tipo de acciones trae consecuencias, lo que se busca es una salida a la crisis lo menos traumática posible para que no haya más dolor ni desolación», expresa.
El internacionalista recuerda que los intereses locales se imponen y que los congresos de los países que, hipotéticamente, se sumarían a una coalición por Venezuela requieren de la aprobación de sus Congresos, con lo cual la posibilidad no se vislumbra. Luis Daniel Álvarez añade que la comunidad internacional, más de 60 países, sigue apoyando los esfuerzos de la Asamblea Nacional como un poder público legítimo que preside coyunturalmente Juan Guaidó. «En ese contexto, la ruta propuesta por María Corina Machado no está contemplada», indica.
El internacionalista Juan Francisco Contreras señala que el camino a seguir apunta hacia más sanciones personales a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
Por ahora, no se perfila otra acción a menos que la situación interna escale a cierto nivel que amerite una intervención que sea liderada por Estados Unidos. Este es el país que podría tomar una decisión de esta magnitud», puntualiza Contreras.
El internacionalista señala que las operaciones de paz, generalmente, son realizadas por los Cascos Azules de las Naciones Unidas. Sin embargo, Juan Francisco Contreras afirma que se requiere de un protocolo que pasa por la aprobación del Consejo de Seguridad en situaciones de calamidad extrema.
«Hay experiencias negativas por la falta de celeridad con la que se actúa y hay casos emblemáticos en el siglo XX que fue el caso de Ruanda y el de los Balcanes, donde por falta de celeridad en los procesos se produjeron muchas víctimas de conflictos que se pudieron haber evitado. En el caso de Venezuela, China y Rusia se oponen a este tipo de acciones, con lo que se hace poco factible», añade.