Coincidencias autoritarias, por Felix Arellano
Autor: Felix Arellano
En uno de los aspectos que tienden a coincidir los diversos esquemas autoritarios, es en el rechazo a los límites y controles, por leves que resulten, que se han construido en la normativa internacional; en otros términos, la mayoría de los gobiernos autoritarios promueven la visión rígida, absoluta y autoritaria de la soberanía, para construir un muro que justifique sus arbitrariedades. El proceso bolivariano lo ha evidenciado de manera contundente, al rechazar todos los esfuerzos de la comunidad internacional en defensa de los derechos humanos y la institucionalidad democrática, llegando al extremo de presentar su carta de retiro a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Indiscutiblemente que el autoritarismo forma parte de la historia de la humanidad. Las ansias de poder es una de las motivaciones de la naturaleza humana y, luego, utilizar el poder de forma arbitraria, caprichosa, personalista; otro peldaño adicional, perpetuarse en el poder, son todos componentes básicos de la ecuación autoritaria. Pero la razón y la consciencia luchan contra el síndrome autoritario y, entre otros, con el liberalismo político se ha avanzado en la construcción de mecanismos para controlar las ansias del poder autoritario, la democracia representa uno de los mecanismos más eficientes.
En el transcurrir del tiempo la creatividad humana ha tratado de reforzar y fortalecer el funcionamiento de los sistemas democráticos con mayores límites, controles y equilibrios. También la comunidad internacional ha realizado esfuerzos importantes y contamos con diversos regímenes internacionales, en diversos ámbitos, entre otros, el comercio, la ecología, la salud, el trabajo, los refugiados y en particular los derechos humanos y la defensa de la democracia. Pero la perversidad también es creativa y ahora nos enfrentamos con procesos que utilizan la institucionalidad democrática y sus mecanismos institucionales para destruir la democracia.
Si estamos considerando las innovaciones autoritarias para destruir las democracias no cabría abordar las dictaduras comunistas, que se justifican irónicamente, como dictaduras del proletariado y repiten falsamente la palabra pueblo.
Naturalmente que son dictaduras y brutales, que rechazan todos los límites ay controles, la ironía es utilizar expresiones como proletariado o pueblo, cuando realmente son las dictaduras de la camarilla privilegiada en el poder. En este contexto, elecciones en Cuba es una simple ópera bufa.
Ahora bien, la alternabilidad es tan conveniente, que la visión estratégica de un comunista innovador como Deng Xiaoping le llevo a formular un esquema atenuado de alternabilidad en la férrea dictadura china, que generaba un leve aire de confianza; hoy, las ansias de poder ilimitadas de Xi Jinping ha forzado a sus marionetas institucionales a justificar y aprobar su perpetuidad en el poder, eliminado la conveniente alternabilidad. Estamos conscientes que esta es una reflexión bizantina, pues el comunismo es autoritarismo y destrucción, es decir, la antítesis de la democracia.
Preocupación seria para los demócratas lo constituye asistir, unos perseguidos, otros impotentes y algunos indiferentes, a la progresiva destrucción de la democracia, con sus propios medios y un con un permanente falso discurso. En principio existe la esperanza que los países con una tradición democrática importante deberían ser inmunes al virus de la destrucción, pero esto no ha resultado tan cierto en el caso venezolano, donde las ansias personalistas de poder han llevado a un progresivo desmantelamiento institucional de la democracia, para perpetuar una camarilla que solo busca su beneficio personal. Los controles no han resultado eficientes, las consciencias han sido compradas, hasta filósofos acomodaticios pretenden justificar la destrucción del país.
Ahora pareciera que enfrentamos una situación lamentable, el deterioro de la democracia de los Estados Unidos, que desde Alexis Tocqueville, nos resultaba sólida y ejemplar; empero, unas manos impulsivas y poco responsable con un twitter están generando gran incertidumbre y daño institucional. El poder judicial está tratando de ejercer su papel de control y ha rechazado, en otros, el talante racista y xenofóbico del twitter. También el Congreso realiza su esfuerzo y los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales y cada día crece la alarma de la comunidad internacional democrática; empero, el twitter persiste y pudiera lograr sus oscuros objetivos.
La reciente decisión del incremento de los aranceles al acero y al aluminio, representan una nueva evidencia del talante autoritario y el menosprecio a los límites de la normativa internacional. La decisión se fundamenta ambiguamente en la normativa de la Organización Mundial del Comercio y podría ser atacada desde esa organización y existe el temor que pueda ser la excusa para que desde el twitter se anuncie un posible retiro del foro comercial. También es impulsiva sin oír a su equipo que incluso está renunciando por tanta improvisación, pero tampoco oye a los aliados, ni a los líderes del partido. Algunos sostienen que responde al capricho personal de apoyar a un amigo en Pensilvania por una elección intrascendente para un cargo de ocho meses en el Congreso, menospreciando las consecuencias internacionales.
Adicionalmente, las amenazas a la democracia y al sistema multilateral se extienden a Europa, donde un euroescepticismo radical e irreflexivo promovido por partidos radicales ha logrado avance en el Reino Unidos con el Brexit. En estos momentos Steve Bannon, uno de los promotores del radicalismo del Presidente Trump, se encuentra en Europa impulsando el radicalismo internacional. También el Canciller bolivariano viaja por el mundo tratando de construir un club de gobiernos autoritarios que defiendan el desastre venezolano.
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