Coja mínimo, Presidente; por Teodoro Petkoff
Dime de qué te jactas y te diré por dónde fallas. “Si tuviéramos que lanzar otro 13 de abril yo comandaré el 13 de abril, lo comando yo”. Allí está retratado el hombre que, encerrado en el Museo Militar, no comandó nada el 4F, como tampoco lo hizo el 27N ni el 11A ni el 13A.
En todo caso, con sus credenciales militares, la victoria luce dudosa. Todos los complejos de quien no tiene ni un Moncada ni una Sierra Maestra detrás, están encerrados en esa frase. La necesidad enfermiza de una épica personal lo hace tratar de crear la coyuntura que se la proporcione.
No hay que darle ese gusto.
Porque está claro que quiere provocar tal situación. No había sino que oírlo ayer.
La peligrosa incitación a la confrontación violenta que fue su llamado a que “bajen los barrios” constituyó una irresponsabilidad de marca mayor. A quien se está dirigiendo, en verdad, no es al pueblo sino a las bandas paramilitares y parapoliciales, fuertemente armadas, que el gobierno ha promovido a lo largo de estos años.
Algunas de ellas ya han dejado su huella brutal en estos días, en Caracas y en Valencia. Eso significa sustituir a los cuerpos regulares de orden público por cuerpos irregulares, no sólo no entrenados para esa tarea sino dados a la violencia más irracional.
¿Tiene plena conciencia Chávez de la barbaridad que está cometiendo? ¿De los desastres que podría causar la aplicación de tal línea de conducta? Chávez parece estar perdiendo la calma, los “nervios de acero” que reclamaba hace poco. No es para menos. Todo le ha salido mal. El PUS no es único ni unificado, y los inscritos son como los diez millones de votantes, fantasmagóricos; los sindicalistas le salen respondones; se ve obligado a posponer la reforma constitucional porque siente que la masa no está para bollos y, para colmo, lo de RCTV lo ha magullado gravemente.
Encima, como si no tuviera suficientes problemas, lanza una amenaza absurda contra Globovisión, para sostener por enésima vez la peregrina acusación de que quieren matarlo. Periódico de ayer. Comiquita repetida. Paranoia y manipulación.
¡Hasta cuándo!
Sabiendo bien que un ultraje tan grave a la nación no iba a pasar liso, se dedicaron, él y los suyos, a satanizar por anticipado y todavía hoy, la lógica protesta popular. Y eso es lo que está haciendo la gente. Protestando. Aquí no hay ningún plan para tumbar al gobierno. Aquí no hay ningún golpe en marcha. Que él se sienta golpeado por su autogol es otra cosa. Toda la retórica oficialista al respecto, antes del cierre de RCTV y después, no ha sido sino un burdo intento de criminalizar una protesta legítima. Creyeron que con eso iban a asustar a la gente. No lo lograron. El país reviró. Pero esos jóvenes estudiantes que han cogido la calle se autodirigen. No los manipula nadie. No hay ninguna mano peluda detrás de ellos. El lenguaje de Pedro Carreño, hoy como ayer, es el mismo de todos los ministros del Interior. Pero si se examinan los acontecimientos se verá que, hoy como ayer, el factor que crea el desorden es la policía y la GN. Siempre fue así. La gente está ejerciendo un derecho.
Sin capuchas. De frente.
Apoyados en la Constitución.