Colectivos no, parapolicías
Los quieren presentar como la parte del pueblo que defiende al Gobierno, pero ese cuento no se lo cree nadie. Les dan un mal barniz para que parezcan activistas políticos, hablan con la jerga revolucionaria, pero en realidad no son más que unos malandros con chapa
Sebastían Boccanegra
Como Tonton Macoute los conocían en Haití; Turbas Divinas las bautizó el propio Daniel Ortega en Nicaragua; en la Panamá de Manuel Noriega los llamaban Batallones de la Dignidad y en la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro los llaman Colectivos. Todos son grupos parapoliciales.
El martes 4 de abril los volvimos a ver actuar en las calles de Caracas. La Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana se hacen de la vista gorda y les abren paso para que repriman a quienes protestan contra la administración de Maduro.
Los quieren presentar como la parte del pueblo que defiende al Gobierno, pero ese cuento no se lo cree nadie. Les dan un mal barniz para que parezcan activistas políticos, hablan con la jerga revolucionaria, pero en realidad no son más que unos malandros con chapa; que primero les entregó el difunto «eterno». En este caso, como en muchos otros, el legado no puede ser más negativo.
Tal vez crean que utilizando a estos grupos el Gobierno se libra de su responsabilidad en los desmanes que cometen, pero se equivocan, pues quien tiene la obligación de garantizar el orden público y los derechos políticos de todos los venezolanos es el Ejecutivo.
La fiscal Luisa Ortega Díaz dio pasos para tomar cartas en el asunto. y comisionó a un fiscal para que investigara la agresión a los diputados Juan Requesens y José Brito, ocurrida en la sede de la Defensoría del Pueblo, ataque que también fue condenado por Tarek William Saab, otro funcionario que ante la actuación de estos grupos parapoliciales ha guardado un escandaloso silencio a lo largo de todos estos años. Es inconcebible que un ciudadano que se precia de ser un defensor de los derechos humanos haya hecho mutis ante la actuación de estos malandros con chapa a quienes no se les debe llamar colectivos sino parapolicías.
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