¿Cómo va lo de la unidad para las parlamentarias?
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El acuerdo unitario alcanzado por los partidos políticos democráticos para las pasadas elecciones regionales y locales es preciso abordarlo en sus dos vertientes. Tuvo una buena y otra mala y ambas arrojan lecciones a estudiar. Por un lado, fueron alcanzadas candidaturas unitarias en 18 de las 22 gobernaciones en disputa, lo cual condujo a ganar cinco de ellas. Sin el acuerdo ello habría sido imposible. También fueron ganadas las alcaldías de siete capitales de estado, además de la de Caracas y de una treintena de municipios más. Sin el acuerdo esto tampoco habría sido posible.
Pero, ¿se podría haber ido más allá? Sin duda y este es el lado malo. Se perdieron las alcaldías de Valencia, Maracay, Cumaná y otras 26 porque no hubo acuerdo unitario para ellas. En número de votos, en todas ellas fueron superados los del chavismo, pero estuvieron divididos entre varias candidaturas.
También la Gobernación de Bolívar pudo haber sido ganada, de haber habido unidad. Las lecciones son fáciles de entender. Donde hay unidad, las posibilidades electorales mejoran sustancialmente. Donde no la hay, la derrota es segura. Los partidos democráticos tienen un enorme reto por delante, que es el de lograr un acuerdo electoral perfecto para las elecciones parlamentarias y municipales, pero, sobre todo, para las primeras.
Un acuerdo perfecto es aquel que debe conducir a los partidos a presentar 23 listas regionales idénticas para cada uno de los 23 estados y 162 candidatos nominales, con sus respectivos suplentes, idénticos, para cada uno de los 162 circuitos. Si no es así, se repetirá la historia de Valencia, Maracay, Cumaná y Guayana. El reto, pues, es enorme y nada fácil. Si hay unidad perfecta se puede ganar la Asamblea Nacional; de lo contrario, la paliza será gigantesca, porque la minoría más grande que por ahora es el PSUV con el nuevo sistema electoral ganaría la mayoría abrumadora de los cargos en disputa, que es lo que ocurre cuando frente a la primera minoría hay otras, que eventualmente pudieran sumar más que la primera, pero dispersas no llegan a ninguna parte. Remember la Constituyente, en 1999.