Con el burocratismo hemos topado
Es la nueva excusa oficial. Estos burócratas que nos gobiernan deberían haberse visto una película cubana de cuando la revolución prometía algo, titulada » La muerte de un burócrata», donde se describe y se pone al desnudo, con muy buen humor, el exceso de burocracia que ya existía en Cuba. Hoy Raúl y Fidel siguen «luchando» contra el burocratismo.
El problema es que el modelo que defienden y pregona el chacumbelato tiene el burocratismo en los genes. El hecho de que cualquier decisión que tengan que tomar tiene que ser consultada con Chacumbele es el mejor propulsor de la burocracia. Ese centralismo es el que promueve todas las «alcabalas» que fomentan una cantidad de trámites engorrosos e innecesarios que pululan por todo el país y lo que hace es alimentar el burocratismo. Que el rey de la pamplina frita, desde su atalaya donde se reordena el país, sea el que decida si los contratos colectivos que se discuten están acordes con lo que el gobierno quiere, fomenta el burocratismo. Que ese mismo personaje sea el que decida si una arepera socialista o la fábrica de tractores deben tener esto o aquel presupuesto sólo hace que la burocracia florezca.
Por eso resulta coherente con su manera de entender la organización estatal, que le niegue el presupuesto que les corresponde a las gobernaciones y alcaldías y lo justifique, el Monje, con el argumento de que está luchando contra la burocracia. Lo dice como si no tuviera nada que ver con que en Pdvsa hoy hay el doble de empleados que hace diez años y se produzca mucho menos. O con que un fenómeno similar ocurra en las empresas de Guayana.
Y si se revisa la nómina del gobierno central el «engorde» es de record Guinnes. Realmente la culpa es del burocratismo, pero sobre todo ese que no los deja pensar.