Con empleados infelices no hay productividad, por David Somoza Mosquera

Twitter: @DavidParedes861
Lograr una alta productividad es la meta de cualquier compañía y, sin duda alguna, es un signo de una cultura empresarial y laboral saludable. Los resultados saltan a la vista: aumenta la rentabilidad, se reducen los costos de producción, mejora la atención a los consumidores y las relaciones comerciales. En decir, mientras más productiva es una empresa, más fácil es establecer el crecimiento organizacional y crear un ambiente de trabajo sano.
Sin embargo, para poder conquistar todo lo descrito anteriormente hace falta mover con sentido estratégico otra pieza en ese tablero. Me refiero a los empleados, porque para que la productividad se incremente ellos deben estar contentos, sentirse apoyados y contar con los recursos adecuados para realizar sus tareas laborales.
Así que los trabajadores felices y motivados son esenciales para cualquier empresa que desee aumentar la productividad. No obstante, la pandemia lo ha hecho cuesta arriba tanto por el impacto económico que ha tenido en las compañías, así como por los efectos emocionales en el personal.
De hecho, en el ámbito laboral el estrés es un factor que impacta negativamente en el rendimiento de los empleados. Si bien la crisis sanitaria ha potenciado ese sentimiento de tensión, siempre ha estado presente como una de las grandes preocupaciones de los trabajadores y las compañías.
Pero en este momento la presión se ha vuelto mayor. ¿La razón? El regreso a las oficinas y centros de trabajo también está generando estrés e impactando en la salud mental de los empleados. Co&Co Training, empresa especializada en coaching, reveló en uno de sus estudios que 65% de los trabajadores sufren de estrés laboral en esta etapa de vuelta al trabajo presencial.
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Aunque los motivos son varios, destaca uno en particular: la presión por mostrar productividad presencial debido al tiempo que ha realizado su labor desde casa. Esto lleva a los empleados a creer que sus puestos de trabajo peligran por no mostrarse productivos, lo cual puede provocar que canalicen erróneamente los esfuerzos a través de la hiperactividad o asumiendo cargas excesivas de trabajo.
Además, el estrés es uno de los factores que causa mayor ausentismo laboral. Así que es una prioridad para las empresas, ante el escenario de trabajo híbrido que se está configurando, conocer de manera inmediata el estado de ánimo y el nivel de compromiso de sus empleados.
Para medir esto, algunas compañías están implantando pulse surveys. Se trata de encuestas breves, incluso de una sola pregunta, y realizadas frecuentemente con aplicaciones tecnológicas que permiten tener esta información en tiempo real. Según el portal Foro Recursos Humanos, 75% de las empresas Top Employers en España ya utilizan esa modalidad, lo que supone 20% más que el año pasado.
Explica que los trabajadores pueden responder desde sus celulares o cualquier otro dispositivo estas encuestas. “El objetivo de las pulse surveys es poder reaccionar rápidamente ante cualquier tema concreto relacionado con los empleados antes de que se convierta en urgente. De este modo, los equipos de recursos humanos responden de manera más productiva ante las necesidades del negocio”, afirma.
Este tipo de encuesta es una de las tantas herramientas que pueden implementar las empresas para conocer las necesidades de sus empleados y, de ser necesario, definir el tipo de acompañamiento que se le puede brindar en situaciones, por ejemplo, de estrés o tensión. De esta forma el trabajador no se siente solo, sino que eso le sirve para establecer un nexo de confianza con sus líderes y compañeros de labores.
Y como he señalado en otras oportunidades, un abordaje no correcto por parte de la compañía puede desembocar en un trabajador que no es capaz de rendir apropiadamente en sus tareas y con riesgos para su salud mental. No hay que perder de vista que de su rendimiento dependen muchas cosas en la compañía. Con empleados infelices no hay productividad.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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