Con tomas ilegales se surten de agua en un barrio de Caricuao
La instalación de una tubería por parte de los vecinos benefició a 14 familias. El trabajo se hizo en tres días con mano de obra de unos 10 hombres. Ahora el problema es con la cantidad de agua que se distribuye entre unos y otros
En Caricuao hay sed. Habitantes del barrio El Onoto, adyacente a la UD-2 de esta urbanización del oeste de Caracas, llevaban más de un año sin recibir el servicio de agua potable por parte de Hidrocapital, al menos en la vereda seis.
Sin respuesta oficial, ni de la empresa estatal ni del consejo comunal, decidieron procurarse del líquido como pudieran. De allí que instalaron una toma ilegal en el sector Mauro Páez-Pumar. Una tubería de unos 100 metros de largo ahora traslada agua desde un módulo de la Misión Barrio Adentro instalado durante el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez -que dejó de operar-, hasta la vereda seis de este sector.
La instalación de esta tubería benefició a un total de 14 familias. El trabajo se inició el dos de agosto y se culminó el cuatro del mismo mes. Participaron aproximadamente 10 hombres, cuatro de ellos no pertenecientes a los favorecidos, pero que unieron fuerzas por solidaridad vecinal.
William Rivas, de 38 años de edad y quien es conocido en la zona como «Pantera», vive en el lugar hace tres décadas. Denuncia a TalCual que desde hace año y medio comenzó a padecer las fallas del suministro del agua potable. “La tubería matriz que surte de agua al sector tres y antes llegaba a nosotros por gravedad ya no está funcionando debido al deterioro”, explica.
Nircia González, de 37 años, confirma que la falta de agua afectaba al sector desde hace más de un año. Ella se surtía cargando desde manantiales cercanos, o buscándola en otras zonas de la ciudad.
Esa situación cambió cuando «Elki y Gollito, dos vecinos de la comunidad, tuvieron la iniciativa de hacer esta conexión», agrega Rivas.
Una reunión de vecinos realizada en mayo determinó que 2,5 millones de bolívares sería el costo total de la tubería. Cada familia, por tanto, debía pagar un monto de entre 100.000 y 200.000 bolívares, o un monto duplicado en caso de tener una vivienda de dos plantas.
Llegar a un acuerdo no fue cosa fácil porque varias familias no disponían del dinero suficiente, refiere Wilmer Marcano. A su vecino Elki Parada el bolsillo no le llegaba para tanto. «Tuve que quitarme de la boca tanto el pan de mis hijos como el mío para poder pagar esta deuda y tener agua», revela.
La búsqueda de una conexión que les permitiese tener agua se hizo con un cincel, una mandarria y un taladro. Antes de encontrar el punto exacto para hacer la conexión, varias tuberías resultaron rotas. Buscaban la toma más cercana a la vereda seis, pero encontraron una «maraña de ocho tuberías», recuerda Parada.
Una vez determinada dónde sería la conexión, tarea que les llevó casi toda una jornada, hicieron el empalme del tubo plástico. El otro extremo llega hasta una red que ya existía en la vereda seis, que distribuye el líquido a las casas.
El trabajo que terminó el cuatro de agosto dejó varios pendientes: instalar llaves de paso, convertidores, «ladrones», niples, conectores y reductores, además de terminar de tapar la tubería, según detalla Rivas.
Dice «Pantera» que ahora cuentan con el servicio de martes a viernes mientras que los fines de semana se mantienen a la espera de que las tuberías originales de Hidrocapital surtan. En caso de ser necesario, aún recurren a manantiales naturales cercanos o cada quien busca agua en otras zonas de la ciudad capital.
Quítate tú pa’ ponerme yo
El agua que sale de la toma ilegal deja de llegar a alguna otra zona. Marcano y Parada desconocen si se reduce la cantidad de agua que surte al sector uno, del cual ahora están conectados. Aunque ambos infieren que podría ser el caso, consideran que «al menos les llega agua».
Otros siguen secos por completo. En la vereda seis de El Onoto solo 14 casas ahora se abastecen, el resto aún sufre la escasez. Según Marcano y Parada, existe un grupo de familias a las que les comentaron la propuesta de la toma ilegal, pero decidieron no intervenir en la instalación. «Si el resto ahora quisiera conectarse a nuestra tubería, ya no podrían. Deberán hacer lo mismo que nosotros porque se les participó y no quisieron. Ahora, como lo logramos, sí quieren hacerlo», ratifica Elki.
Según los involucrados, el Consejo Comunal supo que se concretaría la instalación irregular de una tubería plástica. Incluso, afirma Marcano, la instancia comunitaria no protestó la decisión. Tampoco la acompañó.
Antes, sostiene, sus integrantes juraban tener documentos en los que evidenciaban proyectos para resolver la carencia del servicio, pero «no los muestran».
Mildred Mendoza, vocera de finanzas del consejo comunal, detalla que, durante una inspección de Hidrocapital realizada tiempo atrás, se determinó que el problema de la falta de agua de la vereda seis podría deberse a la «maraña de tubos» conectados en una misma zona y al asentamiento de invasiones en el sector tres. No obstante, dice que los funcionarios no podían mejorar la situación cambiando las tuberías existentes debido a la falta de materiales y hasta de vehículos para trasladarse hasta el lugar.
Según la vocera, la vicepresidenta de Hidrocapital, María Flores, propuso solventar el problema a través de la instalación de cinco tanques de 1.000 litros en la escuela Mauro Páez-Pumar. Pero el vecino Elkis Parada denuncia que finalmente se ubicaron tres tanques en la escuela situada en la entrada del barrio y cada familia apenas podía llenar dos tobos de agua diarios. «Esos tanques desaparecieron», agrega Parada.
Aún no está clara es la causa de la ausencia de agua. Hay quienes afirman que una vecina del sector uno de esa comunidad, próximo a la zona, para evitar filtraciones en su casa, que supuestamente fue construida encima de la tubería que debería conducir el líquido a los vecinos afectados, decidió cerrarla.
Elki Parada, de 40 años, jura que la señora en cuestión les informó que solo abriría la llave durante dos horas al día. Pero los afectados rechazaron esa propuesta y recurrieron a Hidrocapital para denunciarla. No obstante, afirman que los funcionarios solo han hecho inspecciones pero no han dado soluciones.
Pero Mildred Mendoza, vocera de finanzas del consejo comunal, apunta otra razón: inicialmente esas casas se surtían de una tubería perteneciente al sector tres «Vencedores de García Carballo». Ese empalme habría sido clausurado por los habitantes de esa zona bajo el argumento de que la vereda seis les restaba la mayor parte del flujo.
La también integrante de la Unidad de Batalla Hugo Chávez (UBCH), estructura de organización y movilización del PSUV, desconoce por qué ocurría la disminución del suministro de agua en un sector con respecto al otro «desde hace un año aproximadamente». Insiste, sí, en que en el pasado no sucedía. A su juicio, la causa podría estar en la reinstalación del tubo matriz por parte de Hidrocapital, que fue realizada «hace un tiempo».
Una nota de prensa fechada el 10 de junio de 2019 publicada en la página web de Hidrocapital establece que durante el mes de junio se llevó a cabo «la recuperación del área física, mecánica y eléctrica de la estación de bombeo UP-3 El Onoto en Caricuao, municipio Libertador».
1/ Hoy #10Jun funcionarios de la @Defensoria_Vzla se reunieron con la funcionaria María Flores Dir Gral Organización Comunal para la Gestión del Agua del MPP de Atención de las Aguas en conjunto con los voceros de las mesas técnicas de agua de la parroquía Caricuao pic.twitter.com/2SPSWNUR0I
— Defensor del Pueblo (@Defensoria_Vzla) June 10, 2019
2/ Durante la reunión se inspeccionó planta de la Sub Estación de bombeo UD3 El Onoto que surten de agua dicho sector. En dicha reunión Hidrocapital hizo entrega del 50% del material que se va a utilizar en los protectos Juan Gonzalez y Sector la Piscina de la parroquía Caricuao pic.twitter.com/lBrG4rjlv5
— Defensor del Pueblo (@Defensoria_Vzla) June 10, 2019
El texto indica que «la recuperación de esta infraestructura hidráulica garantizará que más de 25 mil personas que habitan los sectores Rafael García Carballo, El Módulo y UP-3, tendrán el servicio del vital líquido».
No hay radiografía
El exvicepresidente de operaciones de Hidrocapital, Norberto Bausson, explica a TalCual que las tomas ilegales de agua afectan el suministro del servicio de quienes se encuentren conectados a una red principal. Detalla que «cada vez que alguien se tiene que incorporar a esa red tiene que pedir algo llamado ‘factilidad del servicio’ y, si esta es positiva, debe pagarse un derecho de incorporación, cuyos recursos deben ser utilizados en el acueducto porque cada cliente representa una nueva demanda y cuando esa demanda crece, empieza a tener problemas».
Bousson considera que lo que ha pasado en los últimos tiempos es que la gente se ha ido incorporando ilegalmente y nadie ha cumplido los requerimientos necesarios. «Misión Vivienda, por ejemplo, no ha pedido factilidad del servicio y mucho menos ha puesto recursos para mejorar la red. Eso, sumado al desorden de la gente que se ha venido incorporando a las redes, la ha vuelto insuficiente», destaca.
Las tomas clandestinas han hecho que el acueducto se haga cada vez más insuficiente, asegura el ingeniero. «Cuando diseñas una red de ocho pulgadas en un barrio y una persona hace una toma ilegal con una tubería de dos pulgadas, ya ese sistema no va a poder surtir la misma cantidad de agua porque eso estaba diseñado para una determinada cantidad de gente», explica.
Caricuao nació como una subregión dentro de la parroquia Macarao, especifica el experto. «Cuando se construyó, también se construyeron las redes de ese sistema. El sistema Panamericano surte de agua a la parte alta de Macarao mientras que la baja recibe agua de la Intercomunal. Todo eso se diseñó para todo el urbanismo de la zona en unos niveles y condiciones».
Bausson manifiesta que «en la Gran Caracas existe aproximadamente 5,5 millones de habitantes. La distribución del sistema de acueductos fue diseñado para una cantidad menor que esa». Además, sostiene que los nuevos desarrollos quedaron en la parte más alta y más alejada de los acueductos. «Es decir, cuando se diseñaron estos acueductos se diseñaron para la parte oficial. Cuando le pegas a los acueductos unos consumidores no previstos, todo el sistema entra en crisis».
Según el ingeniero civil, los sectores más afectados de la capital son Petare, Filas de Mariche, la parte alta de Antímano, la parte alta de El Onoto y La Vega. «Lamentablemente, darles agua a estos sectores, en estas condiciones, es muy difícil», señala.
Además, asevera que las tomas ilegales provocan fugas, que además cuesta determinar. «Si usted no mide, usted desconoce lo que está pasando en las redes. Una de las cosas que están pasando, es que usted no sabe dónde están. Lamentablemente en este momento ni funciona la micromedición ni la macromedición. ¿Cómo vas a manejar correctamente un acueducto? ¿Cómo vas a saber dónde hay tomas clandestinas? Ni siquiera en los nuevos desarrollos impulsados por el Estado hay mediciones. Esto es terrible».