«La oposición se olvidó de acompañar a la ciudadanía»
Paola Molina Romero indicó que la oposición tiene problemas comunicacionales, donde se puede evidenciar la fragmentación del grupo
La consultora política venezolana Paola Molina Noguera, consideró este lunes 17 de uno de los errores de liderazgo del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como presidente encargado de Venezuela, fue haber subido las expectativas de cambio «en extremo», ya que a su juicio, al ser parte del cambio que profesa «tienes que ser lo más sincero posible con la población» y que «los cambios no se dan de la noche a la mañana».
Molina Noguera considera que a principios de 2019 se debería haber hablado de procesos, de trabajo en equipo y decir cuáles son los objetivos a seguir, pero su proclamación como presidente interino «se dio rápido» y «todos nos hicimos a la idea de que ciertamente iba a haber un cambio» de forma rápida, porque no se sembraron las expectativas de que el cambio era «inminente» y se daba en el corto plazo.
«¿Qué paso? Todos los meses fueron pasando. No se dio el cambio; se complicó la situación; aumentaron los presos políticos y parte de eso es como todo. La factura a Guaidó en este momento, nos quedamos esperando en el tiempo los cambios (…) En ese momento era mejor convocar y unir para tener un proyecto de país de cómo enfrentar esos retos y ¿qué ha pasado en más de un año y medio? Que vemos la encrucijada en la que estamos y a pocos meses de perder la Asamblea Nacional. Como todo líder, los desgastes son naturales en la política», subrayó en entrevista con el periodista Vladimir Villegas en su espacio «Vladimir a la Carta».
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Indicó que la estrategia opositora tiene «varias vertientes» a un proceso de elecciones en puertas, siendo el de las parlamentarias el más inmediato a realizarse en diciembre, mismos que serían «a modo» porque el Ejecutivo venezolano lo «amoldó» a su manera para que «no haya duda» de que va a ganar mediante varias acciones ampliamente conocidas como por ejemplo la designación de los rectores del CNE por el Tribunal Supremo de Justicia; el secuestro de los partidos políticos, el aumento de los diputados «sin los consensos y participación clara de la oposición en las reglas del juego».
Además, destacó que en Venezuela se está viendo un proceso de «retroceso que tiene que ver con los DDHH, sobre todo en los derechos políticos», que se evidencia en lo que sería la eliminación del voto directo y secreto de los pueblos indígenas.
Subrayó que aunque se han hecho avances en conjunto respecto a las parlamentarias, como el comunicado conjunto de 27 partidos políticos de no asistir a los comicios, «a veces se deslegitiman sus decisiones porque no actúan en bloque» y eso se denota en elementos de comunicación al proferir distintos discursos respecto a un tema en específico.
También enfatizó que los enfrentamientos entre las distintas facciones políticas opositoras, a pesar de no ser tan mediáticos, quedan en evidencia. Incluso, hizo referencia a la experiencia que ocurrió en 2005 -cuando la oposición se retiró de la contienda electoral que permitió al chavismo tomar el control de la Asamblea Nacional- al recordar que en el país se sigue pagando el error.
«Independientemente de que la oposición participara en el proceso de diciembre, el cambio no era que en enero tendríamos contrapesos con una Asamblea Nacional sólida, pero el papel de la AN a nivel internacional es importante porque es el único poder que se reconoce como autónomo o independiente», manifestó.
En ese sentido, explicó que cualquier proyecto de comunicación debe partir por una fase previa y no improvisar, sino que debe ser lo «más certera imposible» y tener objetivos y metas claras. Por ello, profundizó que el caso venezolano es un proceso «de avances y retrocesos» porque se elevan las expectativas y las mismas caen de golpe por no cumplirse.
Dijo que la situación actualmente es compleja porque la pandemia del coronavirus afectó la agenda internacional, colocando a Venezuela en segundo o tercer plano en importancia respecto a las disposiciones internas de cada nación.
«Cualquier cambio que se pueda dar pasa por algo que se lleve a lo interno. Tenemos problemas focales muy graves en Venezuela, como la crisis humanitaria, hay que entender que esto no se puede resolver cuando a una persona le falta el plato de comida en casa, cuando se muyeren niños por desnutrición, por la muerte de médicos sin insumos. No solo esto se resuelve en foros intencionales. Las cosas van de la mano, (…) Se ha como separado una parte de volver a acompañar a los venezolanos en lo que padecen», explicó.
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Al ser preguntada por similitudes entre el caso de Bielorrusia y Venezuela, la consultora política Paola Molina Noguera dijo que son escenarios y contextos distintos, ya que en algún momento en nuestro país hubo una «oposición sumamente activa» que cuando desconocía procesos, iba a la calle a protestar pero en la actualidad se pasa por un proceso de «desgaste» por tener 20 años haciendo frente como oposición, que también se enfrenta a unas condiciones económicas peores.
Acotó además que al no haber un liderazgo opositor que encabece y encauce los ánimos de la gente, ir a la calle queda como una tarea cuesta arriba. «Las condiciones de Venezuela hoy día son de simple supervivencia».
Explicó que en el contexto de cuarentena, se deben respetar las normas de bioseguridad de las personas que van a realizar actividades de calle casa por casa y respetar los espacios, al igual que considera que se debe aprovechar el poder de las redes sociales para establecer un diálogo con las personas.
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