Contrabando mediático, por Simón Boccanegra
La magnifica jornada cívica de ayer resultó matizada por el contrabando de la enmienda a los artículos 57 y 58, referidos a la libertad de expresión. So capa de un supuesto apoyo a los medios y contando con lo que realmente iba a ocurrir (que los firmantes no se detendrían a leer lo que firmaban), la gente terminó suscribiendo una enmienda de origen desconocido, metida no se sabe por quién, no discutida ni aprobada por la CD, pero, mire qué coincidencia, con un texto que sin duda alguna fue redactado por la gente de la televisión privada. Este tipo de conductas es inaceptable. Es la clásica piratería criolla, una estafa a la fe pública. No quiero discutir ahora el contenido de la enmienda, sino el estilo y el procedimiento. A los firmantes no se les informó de esto. Durante la semana, la gente pudo conocer el texto de la enmienda sobre el recorte del período, así como el del revocatorio. De la enmienda sobre la libertad de expresión se enteraron en el momento de la firma los pocos que tuvieron la precaución de voltear la planilla, en cuyo reverso estaba el texto en cuestión. Como el 11A, hay unos vivos que siempre pretenden cabalgar sobre el movimiento popular y utilizarlo para sus fines particulares.
Este minicronista deja consignada su protesta. Esto no se puede quedar así.