Cosas que me alejan de ti, por Teodoro Petkoff
¡Qué mayor confesión de fracaso que la de Chacumbele el sábado pasado, declarando en «emergencia» el sistema de salud pública! Tanto nadar para venir a ahogarse en la orilla. Tras diez largos años de gestión, tener que reconocer lo que para nadie es un secreto: que la salud pública en Venezuela está en terapia intensiva. Hasta desde dentro del PSUV se lo han venido diciendo. Hace pocas semanas, el médico y diputado del PSUV, Tirso Silva, había pedido que cesara la farsa, que no siguieran con ese «mareo», que todo el sistema, desde Barrio Adentro hasta los grandes hospitales, da grima y, lo que es peor, que la plata asignada para remodelar los centros de salud se la han choreado un grupo de supuestos empresarios de construcción, siempre los mismos, que reciclan sus «empresas», con nombres distintos, a lo largo y ancho del territorio; las obras no se ven y tampoco el dinero. Pero no fue la «contraloría social», que no se atreve a decir la verdad, y si la dice no le paran, no fue Tirso Silva, a quien por decirla lo van a botar del PSUV, fue Fidel Castro quien le abrió los ojos. ¡Qué miseria de gobierno este que nos ha tocado!
La conclusión de Chacumbele es digna de su proverbial caradurismo. «Todos somos culpables». «Todos», es decir, nadie. Su propia responsabilidad se disuelve en el plural mayestático. Sencillamente, pasa la página y, de nuevo, apuesta a que los cubanos vengan a sacarle las patas del barro. Dos mil módulos de Barrio Adentro abandonados, admite Yo El-Supremo. ¿Solución? Mil médicos cubanos a ser importados en octubre. ¿Se preguntará, por ventura, el Señor Presidente, si la centralización de los servicios asistenciales no tendrá algo que ver con su acelerado deterioro?
No, no se lo pregunta, porque Chacumbele nunca se equivoca y cuando sospecha que le cabe alguna culpa, la disfraza en la de «todos». En estos días los habitantes de San José de Rio Chico, en Barlovento, se alzaron porque tienen seis meses sin médicos.
Precisamente el tiempo transcurrido desde que arrebataron a la gobernación de Miranda todos los centros de salud para transferirlos al gobierno central. Pero, la culpa de esto es de «todos», no de él, que ordenó el manotazo.
«Estas son las cosas que me alejan de ti», cantan cada vez más duro en las barriadas populares. Chacumbele lo sabe. Por eso la declaratoria de emergencia en Salud y el anuncio de remodelación de las misiones. El año que viene hay elecciones y el caudillo quiere aplicar la formulita de siempre. Soluciones a los realazos. De emergencia en emergencia, de operativos en operativos. Nunca respuestas que vayan al fondo de los problemas. Puras curitas y pañitos de agua tibia para enfrentar dolencias que requieren cirugía. Pero ese no es el problema para Yo-El-Supremo. Lo suyo es exprimirle votos a una población llena de carencias, simulando atención a estas. Pero, ya ha sido dicho y demostrado: no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo.