Cosas raras están pasando en Cuba, por Simón Boccanegra
Alejo Carpentier, que era cubano, inventó lo de lo»real maravilloso», hablando del fascinante mundo caribeño, con su mezcla de razas, etnias, culturas y religiones sincréticas. Pero si reviviera en su tierra, en estos días, se quedaría patidifuso. Cuba es hoy el propio reino de lo real maravilloso.
Por un lado, anda el viejo Fidel, deambulando por la isla, apareciéndose en los lugares más insólitos, como para dar testimonio de que está vivo todavía; por el otro, Raúl se queda mudo precisamente un 26 de Julio, una fecha en la cual ambos Castro solían desatar sus incontenibles ríos oratorios Raúl, desde luego, infinitamente menos que su hermano mayor. ¿Por qué Raúl no dijo nada este 26 de Julio? ¿No tenía nada que decir? Imposible. ¿No quería decir nada? Muy probable.
Curiosamente, puso a hablar al viejito Machado Ventura, para que soltara las consabidas y estereotipadas frases de compromiso con Chacumbele, pero él, el heredero del trono, dijo, con su silencio, que no quería hablar de las guerras de Chacumbele. Porque, ¿qué otra cosa habría querido dejar callada? ¿El desastre económico cubano y sus planes para hacerle frente? Poco probable. De eso ha hablado bastante, y a la hora de presentar planes que jamás cumplen, los cubanos son expertos. No es por eso que Raúl iba a sufrir un ataque de afasia. Una raya más para un tigre no habría sido nada. Raúl mudo y Fidel ausente, no queriendo ir a Santa Clara. Extraño, muy extraño.
Fidel se ha retratado con medio mundo, Lula, Bachelet, hasta Zelaya, se han tomado fotos con esta suerte de Mickey Mouse de La Habana. Raúl nunca ha salido con su Big Brother. ¿Por qué será?