Creatividad, una vez más un ingrediente esencial, por David Somoza Mosquera

Twitter: @DavidParedes861
¿Se está gestando una nueva forma de gestión empresarial? La respuesta es sí y la creatividad, una vez más, es el ingrediente esencial. Hacer las cosas diferente tiene como propósito ir abriendo una profunda grieta dentro del modelo clásico en las compañías hasta lograr que el poder creativo esté al servicio de un proyecto y se utilice como guía en los negocios.
La intención es, obviamente, idear formas para mejorar los procesos en las empresas y esto se hace pensando y repensando viejas ideas y desafiando los esquemas tradicionales, repetitivos. Todo esto no es fácil, pero es necesario en los tiempos actuales. Sin embargo, hay que estar claro que es quizás uno de los grandes desafíos, además de enfrentar la pandemia del covid-19, con el que se ha encontrado el mundo empresarial.
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Ahora, para que la verdadera creatividad se geste en entornos empresariales se requiere autenticidad, desafío, motivación y, sobre todo, hambre por saber, por crear y por usar al máximo las capacidades de todos los involucrados en los procesos.
“La verdadera y transformadora creatividad es un modo de vida, una forma de hacer las cosas, un GPS. Implica crear relaciones de valor, formarse más y más, utilizar las experiencias para buscar problemas, soluciones y aportar. Es un prueba y error. Es medir los miedos, los riesgos, las acciones troceando los desafíos y probando. Implica crear información donde no la tienes. Implica hacer en vez de no-hacer”, se señala en el artículo “La creatividad en la explosión del nuevo management”, publicado en el portal Sintetia.
Así que la creatividad no es una palabra vaga ni tampoco se debe apelar a ella en momentos de crisis o como un bote salvavidas. “La creatividad es una alarma dentro de la empresa que nos anuncia que nos hemos dormido.”, agrega el artículo.
Y lo más importante es que, si bien la creatividad se puede auditar, trabajar, y/o mejorar, no hay que perder de vista quiénes están detrás: el capital humano. Pero si no sabe qué aporta, ni para qué, esa creatividad se vuelve frágil y en nada beneficia a la empresa.
Las compañías requieren ecosistemas de mentes inquietas, formadas y con experiencia. También es fundamental la agilidad, flexibilidad, aprender sin descanso, autenticidad e interacción desde el respeto. Todas las personas tienen esos ingredientes y hay que sacarlos a relucir. Y eso, precisamente, se propone la nueva gestión empresarial que se está gestando.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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