Criminalización de la oposición, por Simón Boccanegra
El inefable Mario Isea, miembro emérito de la Getsapo (lea bien, estimado lector; no es un error, no es Gestapo, siglas de la policía política de Hitler, sino Getsapo, siglas de la banda de sapos de Hugo Chávez), añade nuevos lauros a su palmarés de hablador de idioteces y de delaciones gratuitas. Según el batracio, la reciente creación de la Mesa de Unidad Democrática forma parte de la conspiración hacia una nueva tentativa de magnicidio. Isea debería merecer aunque fuera una miradita de Yo-El-Supremo.
Ha hecho esfuerzos inauditos para que le tiren algo. Sus denuncias sobre magnicidio constituyen una verdadera tesis de grado en Jaladera de Bolas III, que se añade a los méritos acumulados en la cayapa contra Manuel Rosales. ¿No cree el Titán de Sabaneta que un tercio tan diligente merecería algo más que una piche diputación? Por cierto que, a propósito de la criminalización de la oposición, la agencia de noticias EFE, ojalá que involuntariamente, pone su granito de arena. Al dar cuenta de la creación de la Mesa de Unidad, se refiere, entre los antecedentes de esta, a la Coordinadora Democrática, la cual, según la agencia informativa española, «alentó el golpe de Estado que derrocó al gobernante durante dos días en abril de 2002». La Coordinadora Democrática fue creada hacia mediados de 2002, después del golpe de abril. Mal podía, pues, alentar nada.
Esta maliciosa «información» aparece inserta en medio de la glosa que hacía del discurso del dirigente de Copei Luis Planas, en la instalación de la Mesa. No era parte del discurso de este. Es un añadido del periodista de EFE. Termina EFE con un viejo truco periodístico, al completar su cable sobre la Mesa, con una alusión, que no venía a cuento, sobre el recenso de militantes en el PSUV, aceptando como buena la cifra de siete millones de inscritos en el partido oficialista. La nota termina «inocentemente», dando cuenta de que el Registro Electoral cuenta con 16 millones de personas. Se espera que el lector saque su cuenta: siete millones en el PSUV, 16 millones en REP; ergo, Chávez es invencible.
