Crisis migratoria convierte a comunidades indígenas y LGBT en presa fácil (y III)
Xenofobia, explotación y trata son solo algunos de los riesgos que los colectivos LGBT vulnerables sufren al salir de forma irregular de las fronteras venezolanas. Ya hay casos de connacionales transgéneros rescatadas de redes de tráfico de personas y denuncias de reclutamientos de niñas indígenas como esclavas modernas y abusos sexuales
Cuatro millones de personas han salido de Venezuela. Según Acnur, con esta cifra el flujo migratorio se convierte en el más grande de la historia americana reciente. No es una guerra o alguna catástrofe natural lo que induce el desplazamiento de los venezolanos hacia otras latitudes sino el hambre, la crisis económica, precarias condiciones laborales y el colapso del sector salud, entre otros.
Los sectores más pobres son los más afectados por el látigo de la crisis que está asentada en el país. No alcanza el dinero, hoy la gente se debate entre comprar comida o medicinas. No se está seguro ni en su casa pues la delincuencia está a la orden del día, y el sistema de salud que ofrece la nación no es el más confiable a propósito de la desinversión. Junto a lo ya mencionado, la persecución a quienes se contraponen al llamado “socialismo del siglo XXI”.
Según el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) en su informe “Crisis Migratoria y Responsabilidad de los Estados”, las razones económicas y laborales son las principales causas (60%) por las que los venezolanos deciden tomar sus maletas e irse a otro país. A esta razón, se le suma la escasez de alimentos y medicinas (25%), la inseguridad y la violencia (12%).
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La desesperanza crece a medida que la emergencia humanitaria compleja que vive el país parece hacerse eterna. La debacle que hoy vive Venezuela no conoce de edad, género, ascendencia u orientación sexual y, por esa razón son cada vez más frecuentes las alternativas ilegales que aquellos que se sienten desprotegidos asumen para llegar a cómo dé lugar a otros países con solo una cosa entre ceja y ceja: mejorar sus condiciones de vida.
Vulnerables entre los vulnerables
Al respecto, la diputada a la Asamblea Nacional (AN) Tamara Adrién, sostiene que son los grupos vulnerables los que sufren desproporcionadamente en medio de una crisis humanitaria, en particular en una emergencia humanitaria compleja como la que vive Venezuela. Quienes adolecen más la crisis según la diputada son las personas con discapacidad, adultos mayores, pacientes con enfermedades crónicas, niños adolescentes, las poblaciones de lesbianas, gays, nisexuales y transexuales (LGBT), así como las mujeres.
Para la parlamentaria, en el caso del LGBT es el grupo más “vulnerable entre los vulnerables”, que es el de mujeres y hombres transgénero. Se van con la cruz de la intolerancia social y una “dictadura que se ha negado a otorgarle su identidad legal”.
La activista de derechos de la diversidad sexual coincide con el informe de Provea al aseverar que las poblaciones LGBT, sobre todo los grupos transgénero, “emigran a cualquier parte” en aras de buscar nuevas oportunidades, pero agregó que existen evidencias de que los sueños de estos venezolanos quedan secuestrados, pues en muchas ocasiones son sujetos de esclavitud sexual y explotación.
Colombia, Perú, Panamá, España, Portugal, Italia, República Dominicana y México son países en los que ya hay casos registrados de personas trans y hombres gays que han sido usados como esclavos sexuales. A juicio de la diputada, “esto podría ser solo la punta del iceberg”.
Otro de los factores que ha presionado la salida de la comunidad LGBT es la falta de antirretrovirales para atender a los paciente con VIH.
“La realidad también afecta desproporcionadamente a personas que viven con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que pueden o no ser gays. La falta de antirretrovirales es un segundo elemento que por concentración en el caso de mujeres trans y en menor proporción de hombres gays del VIH en Venezuela la epidemia de SIDA es similar a la que existía en los 80 y 90 por lo que la gente busca la manera de ponerse los antirretrovirales”, dijo.
Sobre esto, el informe de Provea cita al director de la organización internacional de defensa para los derechos de la comunidad LGBT Diálogo Diverso, Danilo Manzano, quien sostiene que “personas que viven con VIH que por la falta de medicamentos prácticamente han llegado con sus últimas fuerzas y ya en evidente fase SIDA, tienen temor de acercarse al servicio médico porque en muchos de los casos les niegan el tratamiento al escuchar su acento”.
Manzano advierte que en muchas ocasiones “las personas tratan de esconder su orientación sexual ya que ese dato les pone en mayor riesgo frente a la posibilidad de acceder al tratamiento”.
La diputada a la Asamblea Nacional Tamara Adrián puntualiza que son las políticas públicas de otros países las que en ocasiones hacen cuesta arriba la permanencia de venezolanos que migran de forma forzosa.
“No existe un cielo en la tierra para las personas LGBT”, advierte Adrián, al tiempo que destaca que en todos lo países hay discriminación, violencia, segregación, negación de derechos y oportunidades para este grupo de personas.
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Sin embargo, aclara que hay iniciativa por parte de algunas naciones para dar acogida a este grupo vulnerable. Entre ellos México, Costa Rica, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, donde además de existir derechos igualitarios también se persiguen los crímenes de odio.
“Hay un hecho significativo y es que países de la región incluido Argentina y Costa Rica están reconociendo identidad de las personas trans internamente con un documento de identidad para que las trans no sean sujetos de discriminación”, resaltó.
Fachada de la desfachatez
Su nombre es Alex, pero se hace llamar Alondra. Es travesti dedicada a la peluquería. Fue a Colombia con ánimos de buscar oportunidades laborales que mejoraran sus ingresos e, incluso, lo alejaran de la prostitución. Su paso por la nación neogranadina no estuvo exento de los peligros advertidos por el informe Provea y la diputada a la AN Tamara Adrian.
Detalló que fuera de las fronteras venezolanas nada es lo que parece y que las malas intenciones siempre están sobre la mesa. Develó que entre los peligros que enfrenta una personas transgénero o travesti al salir del país es la trata. Contó que existen salones de belleza que son solo una fachada para esconder esclavitud moderna y abusos sexuales. En las que tienen cuartos con el objetivo de “complacer” a la clientela. “Muchos saben a qué van, pero quienes son de su casa y se encuentran con eso no siempre saben qué hacer”, agregó.
Alex fue abusado sexualmente. Denunció, pero la querella no trascendió. Estaba ilegal en ese país.
Viaje sin reotorno
Al caso de Alex podrían sumarse el de personas que denuncian y que se quedan sumidas en el silencio.
En España, el 26 de junio fueron apresados seis sujetos por obligar a ocho personas transgéneros provenientes de Venezuela y Colombia a prostituirse. Tres de los sospechosos fueron detenidos en Madrid y otros tres en Barcelona. Se pudo conocer que era otro venezolano el líder de esta red de trata de personas.
El modus operandi consistía en captar a las víctimas en las naciones caribeñas prometiéndoles cuantiosas mejorar económicas al llegar a la península ibérica. Al arribar a España, las transgéneros se encontraban con una realidad adversa: consumir drogas con clientes y ser obligadas a prostituirse en residencias.
En principio las víctimas eran coaccionadas por los integrantes de la banda para convencer a otras personas de optar por el «paquete turístico», que los sacaría de la crisis que padecen en sus respectivas naciones.
Se pudo conocer que la banda preparaba supuestos viajes turísticos para las nuevas víctimas, y les entregaban un billete de avión de ida y vuelta, reserva de hotel, seguro de viaje y dinero en efectivo. Lo que estas personas no sabían era de la deuda que tenía que pagar al llegar a España y la forma en la que debían cancelar: en especie.
Los montos varían entre 10.000 y 15.000 euros, y una vez en Europa eran despojados de su pasaporte, ubicadas en residencias y les explicaban detalles del oficio al que se dedicarían.
Según la agencia de noticias EFE, las trans debían pagar el alquiler de la habitación, los anuncios de los servicios de prostitución en internet y los gastos de manutención. Además eran hostigadas y amenazadas por teléfono
En peligro de extinción
La inclemencia de la crisis también ha apuntado hacia las comunidades indígenas venezolanos. La debacle los ha echado de sus tierras originarias y no ha habido un plan por parte del Ejecutivo para hacerle frente a esto.
No solo el hambre y las precariedades económicas los obligan a desplazarse y adentrarse en la boca del lobo. Es la enfermedad la que también los hace partir, son los abusos de grupos paramilitares que los obliga a dejar las zonas que durante milenios han ocupado. Es la minería ilegal y los reiterados intentos por esclavizarlos lo que los ha arrojado a caminos peligrosos en los que el tiempo, el hambre y la sed se convierten en su peor enemigo.
La diputada a la Asamblea Nacional (AN) Larissa González, denunció que los pueblos indígenas sufren el abandono del Estado. A su juicio, la desidia del régimen de Nicolás Maduro sentencia a muerte a estas comunidades.
La parlamentaria reconoce la respuesta que han tenido los países vecinos ante la llegada de la ola de venezolanos, sobre todo con este sector vulnerable cuyo equipaje son niños en brazos y mochilas cargadas de piedras e hilos para hacer su artesanía.
“Mucho están haciendo nuestros vecinos. Se puede hacer más pero esto vendrá de la mano con más ayuda de organismos internacionales. Es una oleada demasiado grande que distorsiona todo lo que tiene que ver con sus servicios de salud y educación”, dijo.
Según lo expuesto por la diputada, el pueblo warao ha sido uno de los más afectados por la situación que vive el país y que los ha obligado a partir del delta del Orinoco. En algunas ocasiones caminando, mientras que en otras la suerte les juega a favor y consiguen quien les dé “el aventón”.
González detalló que hay al menos 5.000 waraos en Brasil y otros mil indígenas pertenecientes a los paracaima.
Para la también integrante de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas, las comunidades indígenas del país han sido abandonados a su suerte. Muchas viven en zonas aisladas y no tienen cómo transportarse mientras que otras llevan más de siete años sin servicio eléctrico.
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El artículo 119 de la Constitución venezolana señala que el Estado “reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida”.
En este sentido, el etnocidio es una de las denuncias que hace la parlamentaria contra el gobierno. Otra de las razones por las que en su opinión las comunidades indígenas se ven obligadas a irse del país.
La Carta Magna en este artículo insta al Ejecutivo venezolano a demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras “ las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo establecido en esta Constitución y en la ley”, todo esto con la participación de las mismas comunidades originarias.
Larissa González resalta la reacción internacional ante la llegada de las comunidades aborígenes. Del mismo modo, detalla que muchos son recibidos en albergues en Brasil y Colombia en los que son atendidos y les son aplicadas vacunas para atacar las enfermedades epidemiológicas.
Escasez de oportunidades
Es esa misma urgencia por mejorar las condiciones de vida la que hace que las comunidades indígenas arriben a otras tierras sin mirar riesgos y el costo que puedan pagar al arribar a esos territorios por zonas en las que “operan grupos delictivos, muchos de ellos dedicados al tráfico de personas”.
Para la integrante de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas estos mismos grupos irregulares reclutan niñas indígenas para trabajos domésticos e incluso explotación sexual
Tanto Larissa González como Tamara Adrián coinciden en que ha sido la desidia gubernamental la que ha arrojado a los venezolanos a situaciones difíciles. Ambas parlamentarias sostienen en que aunque hay indicios de atención adecuada a la oleada de venezolanos que llegan a otros países, también es cierto que hay naciones a las que el éxodo los tomó por sorpresa y no se dan abasto a la demanda que requiere la crisis migratoria.
La crisis venezolana pone el jaque la vida de los grupos vulnerables que huyen del país por vías no lícitas. No cesa la debacle, tampoco la estampida de venezolanos que entre peligros y desmanes se adentran en una búsqueda casi mortal por la cobija de protección que se deterioró en simultáneo que las oportunidades se fueron agotando.