Colapso petrolero y pandemia contrajeron la economía un 33,7% en el primer trimestre del año
Venezuela enfrentó durante el primer trimestre de 2021 una escasez de diésel que no había sufrido en el mismo periodo del año pasado y que ha afectado significativamente las operaciones de los sectores productivos del país
La crisis de la actividad petrolera nacional y los efectos de la pandemia provocaron que la economía venezolana se contrajera un 33,7% durante el primer trimestre de 2021 en comparación con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con una aproximación realizada por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) ante la ausencia de datos oficiales por parte del Banco Central.
El diputado a la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015 y economista José Guerra señaló, en rueda de prensa, que los principales factores que provocaron que Venezuela registrara nuevamente una recesión de su economía es la crisis de la actividad petrolera nacional que afecta también a los sectores asociados como transporte, servicios y construcción, y los efectos de la pandemia de la covid-19 y de las medidas implementadas por la administración de Nicolás Maduro que han paralizado parte de la economía y dificultado la movilidad de los ciudadanos.
Desde que Maduro llegó al poder en 2013, Venezuela registra una profunda recesión económica que se ha traducido en una disminución importante del aparato productivo nacional, un aumento del desempleo y de la pobreza y en una diáspora de más de cinco millones de venezolanos, una de las más grandes de la historia de la región. Entre el 2013 y el 2020, la actividad económica se redujo 83%, según el OVF.
El país ha enfrentado en lo que va de 2021 una escasez de diésel que no había sufrido en el mismo periodo del año pasado y que ha afectado significativamente las operaciones de los sectores productivos del país. Según la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), hasta finales de abril se perdieron 20 millones de kilos de alimentos, la cosecha de 20.000 hectáreas de arroz, 400.000 toneladas de caña de azúcar que no fueron cosechadas y 13.500 hectáreas de frijol.
Además, 78,8% de las empresas reportan problemas para abastecerse de diésel, 70% que sus proveedores han tenido dificultades para despacharles, 47,8% reporta haber perdido ventas y 40,9% reporta falta de personal por la escasez de diésel, de acuerdo con la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
«El gasoil es materia prima fundamental de la economía. Su ausencia está creando cuellos de botella en la economía», afirma a TalCual el diputado a la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015 y economista Ángel Alvarado. Advierte que se requiere un aumento de la actividad petrolera para refinar la cantidad y la calidad del diésel que demanda la economía y poder recuperar los niveles de producción previos a la covid-19.
En este sentido, el economista Domingo Sifontes, miembro del observatorio, señaló que la falta de diésel ha parado a camiones que transportan mercancías por hasta cinco días. «Para cualquier actividad económica la falta de diésel tranca el juego. Y ahora la gasolina está nuevamente escaseando de manera importante».
El sector petrolero, que es el que dinamiza la economía del país, cayó 33,6% en el primer trimestre de 2021 en comparación con el primer trimestre de 2020, de acuerdo con las estadísticas levantadas por el OVF. En los últimos ocho años se redujo más de 79%. «Este es el principal motor de la economía», expresó Sifontes. Explicó que este sector creció 19,4% durante los primeros meses de 2021 debido a que la producción petrolera ha registrado un leve aumento luego de haber caído en 2020 al nivel más bajo en casi ocho décadas debido a la destrucción de la industria petrolera nacional y a las sanciones impuestas por el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump.
Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela produjo en el primer trimestre un promedio de 513.000 barriles diarios, según las fuentes secundarias, mientras que Pdvsa reportó una producción de 533.000 b/d. Ambas cifras representan un aumento de 26% y de 18%, respectivamente, en comparación con el cuarto trimestre de 2020.
«Falta mucho camino por recorrer para que la actividad petrolera vuelva a recuperar la dinámica que tenía antes de 2013», aseguró Sifontes.
Por otro lado, Sifontes indicó que el sector público registró una contracción de 74,3% respecto al primer trimestre de 2020 y superior a 90% desde 2013, caída que se refleja notoriamente en el descenso de la calidad de vida de los trabajadores públicos, quienes a pesar del aumento salarial de 288% decretado el 1° de mayo, tienen salarios pobres inferiores a 10 dólares mensuales, en un país donde se necesita este mismo monto pero diariamente para poder cubrir las necesidades mínimas de alimentación.
«El sector público ha dejado de ser un actor principal en la dinámica económica porque su capacidad ha mermado. Cuando se revisa lo que pasa en términos salariales dentro del sector público, es lógico que veamos los efectos de una contracción de más de 90% en los últimos ocho años».
Por otra parte, el sector financiero se contrajo 56,7% y se ha reducido más de 90% entre 2013 y 2021, de acuerdo con el OVF.
Sifontes agregó que con un nivel de producción petrolera aproximado de 540.000 barriles diarios, el OVF estima que el PIB crezca cerca de 4% este año. Sin embargo, Guerra aclaró que con salarios de tres dólares mensuales no hay manera de recuperar la economía ya que esta depende de manera importante del consumo de los venezolanos.
Un estudio reciente realizado por el Observatorio de Finanzas sobre las remuneraciones en varias áreas de la economía revela la profunda desigualdad que la crisis económica ha generado en el país: mientras los trabajadores del sector privado reciben mensualmente un ingreso integral promedio de 70 dólares, que sigue siendo insuficiente para el costo de vida en Venezuela, los empleados públicos cobran unos 4,7 dólares, aproximadamente.
El OVF sostiene que la dolarización de las remuneraciones del sector privado ha permitido un efecto de cascada en ciertos sectores de la economía venezolana. «Sin embargo, la creación de valor agregado es casi nula, pues muchos de estos comercios ofrecen bienes importados».