¿Cuándo el banco para adulantes?, por Simón Boccanegra
Hace unos días me preguntaba, a propósito de los préstamos sin intereses, qué nueva extravagancia nos depararía nuestro inefable presidente en la lucha contra la devaluación de su popularidad. No hubo que esperar mucho: ahora nos salió con el banco para los militares. Cuando designó a José Vicente, Chávez descubrió que en la FA el ascendiente que una vez tuvo también se ha deteriorado. No digo que quedó huérfano, como tampoco es esa su situación entre los sectores populares, pero si algo no soportan los mandatarios personalistas es saber que su popularidad decae. Quieren creer que se les ama, pase lo que pase. Por eso fabrican encuestas favorables y les encanta que les jalen. Pero, por si las moscas, sobornan. Creen poder comprar respaldos. De allí eso de prestar dinero sin cobrar los intereses o este insólito banco para menos del 0,1% de la población que son los militares. Pero, además, los personalistas no creen en instituciones. Deciden por sí y ante sí. No consultan con nadie, no discuten con nadie, toman a sus más cercanos colaboradores por sorpresa. Ellos son partido, Ejecutivo y Legislativo al mismo tiempo. No sirven al país, se creen sus dueños. Hablo de Hugo Chávez, por supuesto.