Cuando el futuro lo alcance, por Simón Boccanegra
José Vicente Rangel ha dado una respuesta perfectamente predecible al emplazamiento que le hiciera Pompeyo Márquez. “Usted es un tonto útil de los asesinos de Lovera”. Es el estilo del régimen, ya lo hemos dicho. Uno pregunta por la renuncia de Alcalay y Tarek responde diciendo que fue un golpista (sin explicar, extrañamente, por qué lo mantuvieron en el cargo dos años más). Pompeyo habla de los asesinatos de hoy, y de las torturas de hoy, y de las violaciones de los derechos humanos de hoy, y Rangel se mete en el burladero del pasado, rehuyendo hablar de lo que hoy acontece. Para Rangel hay dos maneras de medir atropellos y abusos. Los que se cometieron en el pasado, que denunció, porque él era oposición, y los de hoy, que cohonesta, convalida y apoya porque él es parte del gobierno. Dos ópticas, dos medidas, una misma carencia ética. Para Rangel el de ayer, matar comunistas era un crimen. Para José Vicente hoy, por lo visto, matar un “escuálido” es revolucionario. Gómez tuvo a Laureano Vallenilla Lanz o a Gil Fortoul.Pero estos, al menos, dejaron una obra que permite recordarlos por ella y no sólo por haber servido a un tirano. Chávez, a quien, ciertamente, sería un despropósito comparar con Gómez, es, sin embargo, un hombre fuerte, cada vez más autoritario y ya con las manos manchadas de sangre.Tiene a Rangel ¿Cómo será recordado José Vicente, el periodista e intelectual?