Cuba y Puerto Rico son… por Eduardo López Sandoval
“Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas…”, canta la poetisa Lola Rodríguez de Tió, en su oda A Cuba, para simbolizar su idílica añoranza de hacer de las dos islas caribeñas una sola nación.
Los significados metafóricos que explota la Autora para expresar que estos dos países son sólo uno, nos los apropiamos para decir que Hispanoamérica, Latinoamérica, o Indoamérica, es sólo una Nación. Para nuestro análisis tomamos como representativos, -de los treinta y tantos votos de personas jurídicas de Derecho Internacional Público con propio territorio, que respiran al sur del río Bravo-, a Argentina, Cuba, México y Venezuela.
A esta gran región, Indoamérica, la distamos de Norteamérica.
Seguimos la metáfora de la poetisa, comparamos a Indoamérica con un animal de cuatro patas que se identifique con esa región del mapa de América, el mamífero denominado científicamente Hydrochoerus hydrochaeris, que es el roedor más grande del mundo, que precisamente es endémico de América. Magno, hermoso e inexplorado, tal Indoamérica. Animal que se precia de tener una de las mejores carnes del universo culinario. A este cuadrúpedo en Argentina se le llama carpincho, en Venezuela chigüire, y en México y Cuba capibara.
A esta Indoamérica se pinta con el color del habla hispana, que crece desde México hasta la Argentina, mapa que goza de un breve carnaval de colores de diferentes idiomas europeos en el Caribe. Que más al sur, el predominante color del español en el mapa, es tiznado por una brocha más gorda, por el color del portugués de Brasil, que puja con la presencia del otro idioma proveniente de la península ibérica, lo que hace que Hispanoamérica, al crecer con el portugués de Brasil, se haga Iberoamérica. Pero, al abrirse la región, de Hispanoamérica a Iberoamérica, no engancha aún a los países de disímiles dialectos del Caribe. Esta Indoamérica no está uniformada con un lenguaje o cultura que le haya dado un Conquistador blanco venido por el atlántico, sí por la carga hereditaria del Conquistador mongol venido por el Pacífico, “de paso” por el estrecho de Bering. Sí con la ubicación geográfica, Indoamérica está constituida por los treinta y seis países al sur del río Bravo, en contraste con los Estados Unidos y Canadá, que es Norteamérica, proponemos.
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Está determinada, además, por la preponderancia de la sangre de los indios, en comparación ésta con la ausencia étnica aborigen en la generalidad de la población de Norteamérica. La importancia de la presencia de la sangre india también hay que destacarla cuantitativamente al compararla con la estampa de la sangre de blancos y negros provenientes de Europa y África, dentro de la propia Indoamérica.
El político estadounidense Theodore Roosevelt acierta cuando dijo que los ciudadanos de Estados Unidos: “tenían en sus venas menos sangre aborigen que cualquiera de sus vecinos…”, (asumimos que cuando decía “cualquiera de sus vecinos”, se refería a lo que este estudio llama indoamericanos)”. Justificó Roosevelt la pretensión de los norteamericanos de hacerse llamar americanos, que: “era de destacar que (estos países) hubieran permitido tácitamente que los estadounidenses se apropien del título de “americano” para designar su nacionalidad distintiva e individual”.
Seguimos la acostumbrada idea que indica que frente a los Estados Unidos de Norteamérica se enfrentan los Estados Desunidos de Suramérica, con el agregado, -decimos nosotros para este análisis-, de Canadá, a Norteamérica, y la exclusión de las Islas Falkland de Indoamérica.
Esta propuesta se asoma a un espacio no aceptado, -quizás por no conocido o por competido,- por las categorías Hispanoamérica y Latinoamérica. El mundo indoamericano, al igual que los dos anteriores, combate en el mismo espacio; los tres están en el continente que descubrió Colón en 1492, que tomó el nombre de Américo Vespucio. El mapa del mundo indoamericano tiene la misma frontera de México con los Estados Unidos, en este Sur prevaleció el hispano sobre el sajón, tal como en el Norte el indio no predominó, como sí sobrevive en el Sur en perfecta mezcla con el negro y el blanco.
Los dos grupos humanos están marcadamente diferenciados, más que por los convencionales colores del mapa escolar del continente. Norteamérica está determinada por la segregación de las etnias indias, en Indoamérica la mezcla de razas es total. En Norteamérica la etnia aborigen pudiera parecer estar condenada a la extinción. El éxito, medido con los más básicos y aceptados indicadores demográficos, socioeconómicos, de recursos, acceso y cobertura, de morbilidad, de mortalidad y salud materno infantil, y demás estadísticas que permiten comparar los diferentes países, señalan el fracaso de Indoamérica, en contraste con los crecientes logros de Norte. La estabilidad política de Norteamérica discrepa con las constantes revoluciones de Indoamérica. Ante una Constitución que se han hecho los estadunidenses, se presentan los venezolanos, por ejemplo, con el perfil lavado por veinte y pico de Constituciones, con similar número de Revoluciones.
La felicidad de nosotros los indoamericanos, al compararnos con el mundo, especialmente con los norteamericanos, si nos aventuramos a medir esta felicidad con estos índices universalmente aceptados, debe llevarnos a concluir que somos infelices
La realización de la felicidad en nosotros tiene muchas preguntas y pocas respuestas. Pocos acuerdos en las explicaciones: la Corrupción Administrativa es desde que Argentina, Cuba, México y Venezuela existen, un punto de coincidencia. Argumentaremos que estamos marcados por un ADN, que más que químico es social, oh Alá esté bien dicho así, “ADN Social”…
Continuará…