Dados cargados, por Simón Boccanegra
En la Coordinadora Democrática se dio un debate la semana pasada, a propósito de si firmaba o no el texto que preparó la OEA, cuyo desenlace ulterior, más allá del coyuntural (firmar el día de la marcha), podría ser decisivo para definir una estrategia viable para la oposición, que supere la actual nebulosa que envuelve sus ideas. De un lado se han venido colocando partidos como Primero Justicia, Unión, MAS, Bandera Roja, amén de varias organizaciones civiles liderizadas por Santana, Carvajal, Pizani y algunos más, y del otro AD, Copei, Alianza Bravo Pueblo y algunas individualidades que no se sabe a son de qué asisten a las reuniones pero que son de las más estridentes. Es la batalla de las agendas. Las transparentes y las ocultas. Es como el debate en tiempos de Pérez Jiménez, entre la óptica política y la óptica golpista. Curiosamente, uno de los protagonistas de hoy es el mismo de entonces, AD. Sólo que, como dijera uno de los participantes en el debate de la Coordinadora, AD no se ha dado cuenta de que ya no es el mismo partido de antes, cuando si no firmaba algo, era medio país el que no firmaba.