Datanálisis: 26% de la población sobrelleva la crisis porque consigue dólares
Según datos revelados por Luis Vicente León, 11% de los venezolanos repatría ahorros en divisas para consumir; 9% recibe remesas en dólares y 6% se rebusca, formal e informalmente, en moneda estadounidense
Si los precios se duplican, en promedio, cada 24 días y el poder adquisitivo del salario ha perdido más de 40% en lo que va de año, es inevitable preguntarse cómo hacen los venezolanos para subsistir y, además, por qué no existe un conflicto social agudo en el país.
Luis Vicente León, socio director de Datanálisis, señala que los mecanismos más eficientes de «rebusque» están en el dólar y los subsidios del gobierno, especialmente las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento Popular (Clap).
El economista y encuestador, en una conferencia online en el portal Venepress, señaló que en Venezuela subsiste un mercado de consumo, que alcanza a 26% de la población, que tiene acceso a bolívares indexados a dólares, o directamente a divisas.
Según León, los estudios de Datanálisis permiten estimar que 11% de la población está repatriando ahorros en divisas. «Los venezolanos tienen el mayor volumen de dólares en manos de privados fuera del territorio nacional de América Latina», apunta el economista.
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Un análisis reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) cifra los capitales fugados de Venezuela, durante los últimos 15 años, en 380.000 millones de dólares, en pleno control cambiario.
Si se le pregunta a un economista que respalda el modelo del socialismo bolivariano, como Manuel Sutherland, elevará la cifra de la sangría a los 700.000 millones. En todo caso, ya en 1999 el Banco Central de Venezuela mostraba alarma por el fenómeno de la salida de capitales, que realmente se venía produciendo desde 1983.
De acuerdo con León, algunos venezolanos renuentes a abandonar el país, por ahora, están vendiendo dólares ahorrados para vivir, lo que les permite mantener un cierto nivel de consumo.
Datanálisis estima que esa repatriación, no obstante, se produce en pequeños volúmenes, a través de operaciones de 250 dólares en promedio, lo que permite estimar que este fenómeno puede implicar movimientos de unos 1.300 millones de dólares al año.
Por otra parte, se viene registrando un incremento importante de las remesas, a tal punto que ya 9% de la población -de hecho, casi 10%, puntualiza León- vive de los envíos de dinero que mandan familiares en el exterior.
La estimación de Datanálisis es que los envíos de remesas promedian aproximadamente 60 dólares por operación y ese mercado se puede estimar entre 450 y 700 millones de dólares anuales.
No obstante, el economista Luis Vicente León puntualiza dos cosas: la primera es que el monto de las remesas crece aceleradamente, por lo que fácilmente se podría duplicar o más durante este año. La segunda es que las remesas no están irrigando la oferta de divisas en el país.
Básicamente, el mecanismo más común es el de transferencias banco a banco, por lo que los destinatarios no reciben dólares, sino bolívares tasados a alguno de los tipos de cambio paralelos -hay cerca de 10- en los que se cotiza la divisa estadounidense.
Además, existe otro grupo, que incluye a cerca de 6% de la población, que tiene acceso a divisas por vías informales, que van desde las delictivas, como el contrabando de extracción transfronterizo, hasta los empleos tipo maquila subpagados en divisas, pero que permiten a trabajadores venezolanos, especialmente profesionales, mantener cierta y limitada capacidad de consumo.
Los «privilegiados»
Luis Vicente León, en su charla en línea, no dejó de lado las implicaciones sociales de este fenómeno, al señalar que este 26% es un grupo de «privilegiados» y genera una división social muy palpable en la población.
«No es que las remesas van a sacar a la gente de los barrios y de la pobreza; pero una señora con un hijo o una hija en el exterior, que le manda unos 50 dólares mensuales, se convierte en la ‘mamá de los helados’ de su barrio, porque ella puede comprar cosas que sus vecinos no pueden», explica el economista.
Nunca antes hubo una desigualdad social tan fuerte y ostensible en Venezuela. «La pobreza extrema se está extendiendo de una manera alarmante», advierte León con números en la mano.
De hecho, el analista indica que el grupo más depauperado alcanza ya a 14% de la población, y va en rápido aumento. En diciembre pasado, ese estrato social excluido tanto del mercado como de la acción del gobierno, era de 8% del país.
«En solo cinco meses, la población en pobreza extrema aumentó 43%. Esto es realmente alarmante«, subraya León.
Subsidia que para algo sirve…
Más allá de los venezolanos que viven de algún flujo de divisas, queda 84% de la población que sigue viviendo -o, mejor, sobreviviendo- en bolívares.
Según las cuentas de Datanálisis, 60% de esa porción social del país se beneficia con subsidios gubernamentales; especialmente, de las cajas Clap.
«No es que una caja Clap le resuelve completamente la vida a alguien, pero ayuda. Igual pasa con los bonos que llegan por el carnet de la patria. Son insuficientes, pero significan un apoyo que mitiga la crisis, aunque no evita una precarización mayor», resume León.
Sin embargo, el economista apunta una cifra que desnuda la ineficiencia de estos subsidios y el enorme costo fiscal que implican. De acuerdo con los cálculos de Datanálisis, el costo real de mercado de una Caja Clap, al cierre de mayo, era de 29.600.000 bolívares.
El asunto es que este costo es pagado por el Estado en términos efectivos. Sin contar los meandros presuntos de la micro y macro corrupción, el gobierno transfería 29.575.000 bolívares netos a cada beneficiario de la caja que, aunque súper devaluados, podrían tener un uso más eficiente.
Un trabajo académico preparado en el Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela, donde se analiza el contenido regular de una Caja Clap, advierte que se abusa de los carbohidratos y se suprimen otros nutrientes esenciales, como las proteinas.
El análisis concluye que la este subsidio en particular es potencialmente generador de enfermedades, como la obesidad e hipertensión, entre otras,además de multiplicador de la pobreza por malnutrición.
El «Dicom Remesa» no funciona
El socio director de Datanálisis, Luis Vicente León, dijo que el establecimiento «no formal» de un tipo de cambio para remesas por la vía de autorizar a las casas de cambio permisadas a transar divisas a una tasa no fijada en subastas, «tampoco servirá de nada».
«¿Quién va a aceptar vender sus dólares a una tasa tan inferior a las que se pueden conseguir en otros mercados? No importa el riesgo, no importa lo que el gobierno haga, no importa que persiga, que cierre páginas web, que se meta en las cuentas de la gente, mientras no haya libre convertibilidad y se fije un precio creíble para la divisa, habrá mercado paralelo, así funcione con papelitos», concluye el economista.
¿EL AISSAMI REFORMISTA?
Luis Vicente León no es optimista sobre la gestión del renovado gabinete del mandatario Nicolás Maduro; sin embargo, considera que, a los efectos económicos, se impuso un sector «más pragmático».
La hipótesis del encuestador es que Tareck El Aissami conservará el discurso socialista radical, pero permitirá medidas y, sobre todo, prácticas concretas más en línea con un desentrabamiento de los mercados.
León estima que el sector a cargo de la estrategia económica lee la crisis con más realismo del que parece y, en consecuencia, puede impulsar reformas que pueden sorprender a más de uno, tal como pasó en China y puede pasar de manera más clara en Cuba.
«El gobierno no tiene vías de escape para una crisis financiera y un colapso aún más generalizado de la economía, por lo que, eventualmente, podría tomar decisiones que permitan trabajar mejor al sector privado», explica el especialista.
No es que bajo la conducción del ahora vicepresidente del Área Económica se abandonará el discurso socialista y comunal, pero puede hacerse realidad lo dicho por el propio El Aissami, durante su reunión con economistas del países amigos, quien puntualizó que en esta etapa «no habrá desenfreno revolucionario».