De la fabla medioeval, por Simón Boccanegra
El presidente escribió el verbo «adquerir» y se produjeron las inevitables cuchufletas sobre el asunto. El propio Chávez admitió que había cometido un error. Nada del otro mundo en un país donde en materia de ortografía no son muchos los que pueden lanzar la primera piedra. Hasta hubo un candidato presidencial que con primorosa caligrafía escribió «entuciasmo», con una impertinente C donde va la S. Además, basta con ver cada barbaridad que se escribe con los generadores de caracteres en la televisión. Pero lo que sí ha sido del otro mundo es la profusión de sabios que apareció después para «demostrar» que no había habido tal error porque el verbo, escrito de esa manera, pertenece al castellano antiguo y que sus cartas de nobleza se pueden encontrar nada menos que en «El Quijote», firmadas por el mismísimo manco de Lepanto. Pero no seamos malpensados, viendo adulancia donde tal vez no hay sino una sutil manera intelectual de exhalar un suspiro de oposición, sugiriendo que Chávez es tan anacrónico que incluso fabla como en la España del Medioevo.