De los mismos creadores del pet friendly, por Reuben Morales
Esta tendencia en donde las personas entran a un local con su mascota (o en algunos casos, hasta con el perro de su marido) quizás haya comenzado cuando un contador le dijo al dueño del negocio: “¡O dejas entrar a las mascotas o vas a quebrar, animal!”. Desde entonces, a todo local llega, incluso, hasta la reencarnación de Pablo Escobar acompañado de sus dos hipopótamos.
Y todo parece indicar que esta moda seguirá aumentando si la economía continúa en su afán de no ser tan human friendly. Por ello, quizás sean estas las próximas tendencias que puedan llevar a los dueños de locales a una situación un poquitico más money friendly (y a un mundo muchísimo más peace friendly).
En Estados Unidos -según la ciudad- seguro ya vienen locales Republican friendly o Democrat friendly. Espacios en donde podrás pasar con esa amiga que antes era amigo y que ahora se percibe como máquina de coser o con tu amigo que nunca sale sin su bazuca de soporte emocional.
Para el verano de Europa avizoro locales Deodorant friendly, en donde acepten a esos turistas que tienen la extraña costumbre de bañarse tres veces al día para luego salir entalcados, perfumados y listos para resistir unos 42º de calor mientras desentonan con una capa de desodorante que parece manto impermeabilizante para techos.
En ciudades como Santiago de Chile, Lima, Bogotá o Madrid, vendrán locales Veneco friendly, en donde permitirán la entrada a quienes nos caracterizamos por hablar y reír duro, interrumpir a otros durante las conversaciones y hacerle bullying a cuanta persona se nos atraviese.
Y si se niegan a implantar esta política, cuidado. Los venecos del mundo amenazamos, desde ya, con no llevar a ese local a la prima que está buena.
Para ciudades con poblaciones viejas, recomiendo locales Teenage friendly, para así tolerar a esos púberes gritones que no gastan dinero y además terminan rindiendo un vaso de gaseosa por dos horas mientras escuchan música a todo volumen y ahorran tiempo comunicándose solo con siglas como FOMO, OMG, LOL y ASAP porque claro… YOLO.
En lugares con electricidad costosa, sugiero locales Plug friendly, para que los dueños de estos negocios sonrían cuando un cliente les diga: “¿Será que te puedo dejar el celular aquí en la caja para que me lo cargues un ratico?”. Ante lo cual ustedes deciden: o nos dejan cargar el teléfono o no podremos transferir para pagarles.
Igualmente, también me gustaría ver locales Tacaño friendly, en donde reciban a esos clientes que se instalan con su laptop, durante toda una jornada laboral, mientras solo compran un café y, además, piden enchufar el celular en la caja (y la electricidad que terminan consumiendo cuesta más que el mismo café).
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Para sitios como Texas o Argentina, recomiendo restaurantes Vegan friendly, en donde los veganos puedan entrar y sentarse sin que les digan: “¿¿¿Cómo que tú no comes carne???… ¿¿¿Ni pescado???… ¿Entonces solo te traigo un plato con lechuga y tomate?”.
Pensando en sitios como el Medio Oriente, también serían buenos locales Terrorist friendly, para que llegue el sujeto con su chaleco de bombas y por lo menos sepamos dónde va a ser el atentado para así salvar más vidas.
No obstante, deberían implantarse ya mismo locales Influencer friendly, para que ellos puedan pedir todo por intercambio, manden a callar a la gente para grabar sus videos y después le tomen quince fotos al plato de comida para luego devolverlo porque se enfrió.
Aunque con este mundo tan acelerado, no nos sorprendamos si en un futuro cercano ya existan locales tan apegados a las friendly tendencias, que acaben convertidos en negocios pet, republican, democrat, deodorant, veneco, teenager, plug, tacaño, vegan, terrorist and influencer friendly. Serían lugares tan, pero tan caóticos, que en ellos solo podría poner orden algo así como una reencarnación de Pablo Escobar acompañado de sus dos hipopótamos.
Reuben Morales es comediante, profesor de stand up comedy y escritor de humor.