¿De quién es la culpa de que los límites de sus tarjetas de crédito no aumenten?
La Sudeban exige a los bancos que ajusten el monto mínimo de los saldos de las tarjetas de crédito a Bs. 5.000, sin embargo esta petición ha sido bombardeada por las medidas del BCV y del Gobierno al aumentar el encaje legal y el gasto público
Los venezolanos muestran a través de las redes sociales su molestia con la banca nacional, debido a que aún los saldos de sus tarjetas de crédito no han sido ajustados al nuevo mínimo de 5.000 bolívares, tal y como lo exigió la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban).
Sostienen que sus actuales saldos que incluso muchos son de Bs. 3 no les alcanza para comprar bienes ni para pagar servicios, y especialmente ante la actual circunstancia de hiperinflación que vive la economía venezolana desde hace más de un año.
«Mi tarjeta del Banco de Venezuela sigue estando en 50 bolívares, no entiendo cómo siendo un banco público no acaten la orden de Sudeban», señaló Omar González de 57 años
Los actuales saldos de estos instrumentos de financiamiento tampoco permiten cancelar las tarifas por trámites que se ejecuten en los organismos públicos.
«Para sacar el pasaporte ahora cuesta 72.000 bolívares y obligatoriamente tiene que pagarse con tarjeta de crédito, porque así lo dispuso el Saime. ¿Cómo lo voy a cancelar si mi saldo es de 3.000 bolívares», dijo Rebeca Gutiérrez de 27 años
El pasado mes de diciembre, la Sudeban aprobó una normativa con la cual obliga a los bancos a fijar nuevos límites mínimo y máximo para las tarjetas de crédito. Indicó que las instituciones bancarias públicas y privadas deberán colocar como mínimo un monto de Bs. 5.000, mientras que el tope podrá llegar hasta los Bs. 204.000.
Sin embargo, aunque muchas entidades aumentaron los saldos máximos, hasta la fecha aún no han ajustado el monto del límite inferior.
«Tengo una tarjeta de crédito Master del Banco Provincial que solo me cubre cinco pasajes de Metro y otra de Visa con las que solo puedo pagar cinco pasajes de ruta larga en una camionetica», comenta Andreína Valladares de 23 años, recién graduada de la Universidad Santa María.
#Enterate | El directorio @BCV_ORG_VE durante la sesión ordinaria llevada a cabo este martes #08ene estableció el incremento del encaje marginal al 60%, que deberán constituir las instituciones bancarias sobre las obligaciones sujetas a encaje a partir del 14 de enero de 2019 pic.twitter.com/sMJdzKy59F
— MPPEF (@MinEcoFinanzas) January 14, 2019
Analistas reiteran que el sector bancario nacional sufre de un gran deterioro en sus indicadores financieros debido al proceso hiperinflacionario y la recesión económica. Aunque aún mantiene óptimos niveles de solvencia, hoy en día el tamaño de la banca medido en dólares es similar a la de un banco en cualquier otro país de la región latinoamericana.
«En Venezuela ya no existen grandes patrimonios. Los que apostaron por el país en los últimos seis años han perdido buena parte de su capital. Por ejemplo, todo el sistema financiero venezolano, tiene el mismo patrimonio que un banco mediano colombiano», destacó el economista y director de la consultora Ecoanalítica, Alejandro Grisanti.
Pero mientras la Sudeban exige a los bancos otorgar más créditos, el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Gobierno ejecutan medidas que bombardean la posibilidad de que los venezolanos cuenten con los beneficios que ofrecen las tarjetas de crédito como instrumento de financiamiento
Una de ellas es la aprobación por parte del BCV del último aumento del encaje legal de 50% a 60%. De acuerdo a lo señalado por Nicolás Maduro durante su presentación de la memoria y cuenta 2018 ante la Asamblea Constituyente, esta decisión busca evitar que los recursos existentes en el mercado monetario presionen al alza el dólar paralelo, el cual aumentó más del doble en apenas una semana de este mes de enero.
El economista Orlando Ochoa explica que aumentar el encaje legal sin una estrategia de disciplina fiscal no estabilizará el tipo de cambio ni los precios, pero sí limita las operaciones financieras de la banca, compromete la cobertura de sus costos de operación y estrangula la capacidad del sector productivo que también sufre con este proceso de hiperinflación.
«Maduro y sus asesores, observando alza de tasa de cambio, proceden a elevar salarios que se derriten, a controlar precios y nueva alza de encaje legal. Sin política económica seria, no pueden detener la hiperinflación que se acelera. La mayoría de población es muy vulnerable», indicó sobre la medida
En septiembre de 2016 hubo una reducción del encaje legal en 5 puntos al pasar de 21,5% a 16,5% con el objetivo de utilizar estos recursos para el financiamiento del desarrollo agroindustrial. Pero desde entonces, las autoridades monetarias y financieras han modificado hacia el alza el encaje de una manera constante. Por otra parte, ya la banca estaba obligada a mantener en el BCV sin remuneración el 31% de los depósitos.
Los analistas señalan que cuando se incrementa el encaje legal, se reduce la rentabilidad de los bancos y para mitigar esta situación o hacer crecer sus ganancias aumentan las tasas de interés, lo que hoy en día le es imposible porque el BCV las mantiene congeladas desde hace más de 10 años
El encaje legal se aplica sobre los recursos que le ingresan al banco, por ejemplo, si cuentan con Bs. 1.000, tienen que entregar al BCV Bs. 600 y le queda Bs. 400 para hacer intermediación financiera, es decir, para otorgar créditos, es por ello que cuando se rebaja el encaje los bancos disponen de más dinero para prestar.
El objetivo de este instrumento es la de expandir o restringir el dinero que circula en el sistema financiero, por lo que el constante incremento del gasto público en los últimos años gracias al aumento del salario mínimo, de las pensiones, del bono de alimentación y de las distintas bonificaciones que ha aprobado Maduro, han generado un impacto en el mercado monetario y en los precios de los bienes y servicios.
En este sentido, el BCV desde hace varios años emitió dinero inorgánico y sin respaldo para cubrir el déficit fiscal del Gobierno, pero desde 2014 este financiamiento tuvo un importante impulso lo que derivó en el proceso hiperinflacionario que afecta a la economía desde noviembre de 2017.
Maduro afirmó a finales de 2018 que llevaría el déficit fiscal a cero, pero aún no se observan acciones para el logro de esta medida
De acuerdo a cálculos de la Asamblea Nacional, Venezuela cerró el año 2018 con una tasa de inflación de 1.698.488,2%, cifra que se asemeja a otras estimaciones de organismos multilaterales de 2.000.000%. El impacto de la hiperinflación sobre el ingreso hace que cada día caiga el poder adquisitivo de los venezolanos, los cuales muchos se han volcado al dólar o reciben remesas desde el exterior para paliar su situación. Esto lo conoce muy bien la banca, la cual comienza a entregar créditos con cautela tanto a las personas naturales como a las empresas en este contexto de alta inflación y recesión.