Del poder y sus abusos, por Simón Boccanegra
El artículo 210 de la Ley Orgánica del Sufragio y Partidos Políticos (Lospp), en su último párrafo, dice así: «Los ministerios, institutos autónomos, las empresas del Estado o aquellas en cuyo capital la participación gubernamental sea determinante y los demás órganos de Gobierno Nacional, de los gobiernos estadales o municipales, no podrán hacer propaganda que influya en la decisión de los electores». El sábado pasado, el canal 8, VTV, empresa del Estado, transmitió prácticamente completo el mitin electoral de Diosdado en Los Teques. Claramente hizo «propaganda» dirigida a «influir en la decisión de los electores», sin hablar del abuso que significa utilizar el canal del Estado para un acto partidista del Gobierno. El presentador del flamante candidato fue el vicepresidente Rangel, quien seguramente con la cabeza en la genial demanda que iba a presentar contra «Súmate», no alcanzó a percibir la grosera violación de la ley en la cual él mismo estaba involucrado y que, de haber acontecido en tiempos de «José Vicente hoy», quien sabe a que furiosa diatriba –justa, desde luego–, habría dado lugar contra «los abusos del poder».
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