Demagogia balurda, por Simón Boccanegra
El último invento demagógico de Chávez es ese que anunció ayer: no cobrar intereses por los préstamos pequeños que conceda el Banco del Pueblo. Este es un acto de irresponsabilidad para con la conciencia ciudadana y para con el rol que el Presidente debe jugar en su conformación. Esta demagogia balurda causa un daño infinitamente mayor que el meramente económico. En lugar de contribuir a formar un ciudadano responsable, consciente de que no existen almuerzos gratuitos, Chávez se va por la vía fácil de promover el golillerismo y la ideología del «tírame-algo». Una cosa es crear un banco para los pobres, que cobre intereses muy bajos por sus créditos, pero que los cobre, y otra, muy distinta es regalar el dinero. La idea de bancos para los pobres este minicronista la considera válida, pero lo que no es válido es operar ese banco como una pila de agua bendita. Ya ahí se entra en el terreno del disparate económico y del crimen contra la conciencia ciudadana. No cabe duda alguna que lo del descenso en su popularidad tiene loco a Chávez. ¿Qué nuevas extravagancias nos esperarán en su empeño de defenderla a toda costa?