Demanda de gas natural en Venezuela cayó entre 2020 y 2022 por menor actividad industrial
Una caída importante en la demanda de gas natural obedece a la poca reactivación de la economía venezolana. Aunque hay una mejora en algunos sectores productivos, esto aún es incipiente. Un informe de Gas Energy Venezuela destaca que apenas 7% de la población cuenta con gas directo, mientras se pierde una gran cantidad a través de los mechurrios o quemadores de Pdvsa
Un punto importante que refleja que la actividad económica venezolana no arrancó, es la baja actividad de la industria que opera a 40% de su capacidad instalada, en promedio. Esto ocurre en la empresa privada, pero en las empresas del Estado como las siderúrgicas, las cementeras y la petroquímica, la situación es peor debido al declive significativo que han experimentado en los últimos años. Un informe presentado recientemente por la consultora Gas Energy Venezuela señala que entre 2020 y 2022 hubo una caída en la demanda de gas natural y especialmente debido a la crisis del sector industrial.
«La demanda de gas natural en Venezuela ha sufrido una contracción importante en los últimos tres años; esta caída en la demanda se debe a problemas estructurales en los diferentes sectores productivos y no a la no disponibilidad de gas en el sistema», resaltó el informe Gas para todos: transición energética y justicia social en Venezuela, elaborado por Antero Alvarado, Luis Marín y Aidemiro Valera.
Destacó el reporte que los sectores más afectados son los del hierro y acero (sector siderúrgico), así como el sector industrial. Mientras, los sectores generación eléctrica y petroquímico se han mantenido ligeramente estables, aunque el aumento en el primero es debido a un mayor uso de gas como combustible en sustitución de líquidos (diésel o gasoil).
Venezuela es el octavo país a nivel mundial con mayores reservas de gas natural. De acuerdo a un cálculo realizado por Gas Energy Latin America, tomando como base la Gaceta Oficial 41.648 en la resolución 44 de fecha 5 de junio de 2019, las reservas del país son de 195,94 billones de pies cúbicos (BPC2). Sin embargo, esto no se está aprovechando en el mercado interno ni para la exportación, ya que la demanda actual sigue muy por debajo de 2016.
El 80% de la producción de gas nacional está asociada a la producción de petróleo, esta condición implica que el principal usuario del gas en Venezuela es la misma industria petrolera estatal, específicamente para la recuperación de crudo a través de la inyección de gas.
«Los actores en el país que aportan gas natural al mercado interno, son en primer lugar Petróleos de Venezuela, con su producción de gas asociado en el Oriente del país, siendo el que mayor gas aporta al sistema; seguido por la licencia de gas libre Cardón IV en el estado Falcón. Otros agentes que aportan cantidades importantes al sistema son Pdvsa Gas en sus áreas tradicionales de producción en Oriente, y las licencias de gas y empresas mixtas».
La producción de gas natural al mercado interno reflejó una disminución entre estos tres años (2020 al 2022), al pasar de 4525 a 4405 MMSCFD (millones de pies cúbicos por día). Por lo que de haber arrancado de manera significativa el parque industrial del país, se habrían generado dificultades para atender a una mayor demanda local.
Gas doméstico
En Venezuela —además— existe una gran desigualdad en el desarrollo del gas residencial, lo que demuestra que no ha existido en las últimas décadas una política seria de masificación de gas natural como existe en otros países, advierte Gas Energy en su informe.
«Durante los últimos años se han dejado de construir redes de gas metano, con lo que no se ha podido conectar a más usuarios; de igual manera las redes de transmisión de gas actuales se han deteriorado y la calidad del servicio en general ha disminuido significativamente por la falta de inversión y mantenimiento».
El caso de las redes del estado Zulia (administrado por empresas propiedad de los municipios), es el más preocupante debido a las grandes fugas, tomas ilegales y el avanzado estado de deterioro que posee, lo cual lo convierte en un foco de atención para prevenir cualquier accidente de gran potencia producto de las fugas existentes en las redes de gas que no tienen ningún tipo de control ni solución a corto plazo (más allá de un cierre del servicio de gas residencial).
«La matriz energética de gas residencial en Venezuela es dominada en 89% por el GLP, mientras que el gas directo solo abarca 7% de los usuarios. Actualmente los precios tanto del gas metano como del GLP se encuentran controlados por el Estado, lo cual ocasiona distorsiones en el mercado», se indicó.
Una bombona de 10 kilos de GLP, por ejemplo, tiene un precio en el mercado regulado de entre 9 y 30 bolívares, dependiendo de la ubicación geográfica del país, lo cual se estaría hablando de alrededor de 1 a 3 dólares, mientras que en el mercado negro se consigue entre 5 y 10 dólares.
Como la matriz de gas residencial en Venezuela es dominada por el GLP (Gas Licuado de Petróleo), se observa que el comportamiento o balance del GLP en el país desde el año 2013, muestra una gran caída en la producción de este recurso, lo cual obligó a Pdvsa realizar importaciones para poder atender la demanda de los usuarios domésticos.
«Las zonas productoras de líquidos del gas natural, donde se incluye el propano, butanos y gasolina natural, se han visto afectadas por la disminución de la producción petrolera y gasífera, la falta de mantenimiento en las instalaciones y decisiones gerenciales controversiales que han perjudicado la producción de estos hidrocarburos».
Tarifas del gas natural
Otro aspecto relevante es el tema de los precios del gas a las empresas que comercializan el producto. El gas natural adquirido por Pdvsa Gas a Pdvsa Exploración y Producción, por ejemplo, es pagado en moneda local, sin embargo, Gas Energy Latin America, estima que no se realizan erogaciones por este.
Con respecto a las Licencias de Gas, los acuerdos de comercialización firmados entre las partes indican que el gas producido es pagado igualmente en moneda local, pero el precio es fijado en dólares. No obstante, estas empresas están buscando la mejor manera de vender el combustible a precios más competitivos a través de la exportación o recibiendo cargamentos de crudo de Pdvsa.
Las tarifas de transporte de gas natural a través de la red de gasoductos venezolana son fijadas en moneda local por el Ministerio de Petróleo y, la última revisión fue realizada en el año 2006.
Destaca el reporte que la nueva infraestructura que se ha desarrollado en el país aún no tiene tarifas establecidas, por lo que Pdvsa Gas debe regirse por las tarifas de 2006, pagadas en una moneda que ha sufrido tres reconversiones y que ha mantenido en los últimos 40 años procesos inflacionarios. Los precios a usuarios finales solo están establecidos para el sector eléctrico, industrial y petroquímico. Estas tarifas fueron establecidas en 2006 en conjunto con los precios a boca de pozo. A la fecha no han sido modificadas.
«Sin duda este es el principal problema del sector gas natural en Venezuela. Hasta que las empresas no vean retorno y rentabilidad, este sector se mantendrá como la sección de responsabilidad social de las empresas petroleras».
Se agregó que parte de la solución del drama del gas natural es que los usuarios finales pudieran pagar el gas a precios superiores en dólares. Sin embargo, para que eso ocurra sectores tales como el eléctrico deberán ajustar sus tarifas a los usuarios finales y a su vez el holding estatal «Corpoelec debería adoptar un proceso de reestructuración que pase por la privatización parcial o total de sus activos. Son procesos largos, complejos y que requieren consenso político».
La pérdida de gas
La quema de gas que ocurre en Venezuela es debido a la imposibilidad de Pdvsa de rescindir de unos 180 mil barriles de crudo liviano que se produce en los distritos petroleros de Punta de Mata y Furrial, en el estado Monagas, señala el informe. «Cerrar esos campos petroleros reduciría esa quema indiscriminada, pero al verse imposibilitados de eso, la producción de petróleo fluye con mucho gas en superficie que Pdvsa no puede manejar, optando por enviarlo a los mechurrios o antorchas donde se quema el gas».
Hasta la fecha el promedio de quema para 2022 es de alrededor de 1.500 millones de pies cúbicos al día, lo cual emite a la atmósfera unas 2.500.000 de toneladas de CO2 al mes (dióxido de carbono). «Aunado a este gran problema ambiental y sanitario directamente, se encuentra la contaminación sónica por el ruido que generan estos quemadores en las comunidades aledañas».
Otro de los impactos del desaprovechamiento del gas se concentra en el occidente del país, causado por las pérdidas volumétricas que existen en la infraestructura de transporte, donde las fugas alcanzan 70% de la producción total de gas del Lago de Maracaibo. Según el informe, el cálculo de valorización del gas perdido en los últimos cinco años producto de las fugas, resultó en que el Estado ha dejado de percibir entre 2.500 millones y 4.500 millones de dólares.
«Lo paradójico de esta situación es que esas comunidades muchas veces y en varios momentos han debido recurrir a la leña como primera opción de cocción de sus alimentos ante la escasez o indisponibilidad de la bombona de gas. La opción ideal es poder seguir produciendo crudo y recuperar ese gas con más infraestructura, mercado y precios justos», acotó Gas Energy en su reporte.
*Lea también: Venezuela perdió $18,4 millones diarios en 2022 por gas arrojado a la atmósfera