Dentro del PSUV apuestan al “centralismo democrático” para agilizar la acción política
En el PSUV, el principal partido del chavismo, se intenta una estructura más horizontal que se distancia de la anterior de tipo piramidal y en la que destaca un Comando Central Bolivariano, que sucede a la Dirección Nacional como máximo órgano de dirección
La era de los largos debates para hacer frente a las coyunturas políticas y sociales del país han terminado para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), o por lo menos eso es lo que se busca en lo sucesivo a partir de la reestructuración de la organización decidida en el IV Congreso, que culminó el pasado 10 de octubre y que cambió el organigrama, creando nuevas instancias y directrices para conducir al movimiento en los próximos años.
“La necesidad de atender a coyunturas particulares, garantizando la capacidad de maniobra con la suficiente rapidez que permita siempre mantener la iniciativa política exige que el partido no se ensimisme en el debate interno; la discusión deber ser lo suficientemente ágil para que sea siempre acompañada de la acción transformadora oportuna del Partido”.
Esta es una directriz que figura en el documento titulado “Métodos de Trabajo y Dirección para la Construcción Colectiva de la Política en el seno del PSUV”, que fue elaborado por la secretaria ejecutiva de la presidencia de esta organización y que sirvió como base para los cambios que determinó el IV Congreso del partido.
Para que esto sea así, ese documento prevé que las instancias de dirección en ocasiones deben tomar decisiones ejecutivas siempre enmarcadas en los principios, bases programáticas y líneas políticas del partido.
Aunque afirma privilegiar el debate interno como mecanismo “para discernir entre lo particular y lo general, entre lo correcto y lo incorrecto, o en última instancia, lo que en un momento específico pudiera ser conveniente o no”, en el Congreso se adoptó la tesis del centralismo democrático (este fue uno de los tres documentos conclusivos aprobados en el evento, siendo los otros los correspondientes a la propuesta organizativa y la construcción colectiva de la política), mediante el cual las instancias superiores de la organización buscan nutrirse de las demandas y propuestas de las instancias de base y a su vez transmiten los planes y tareas para los cuadros del partido.
El constituyente Francisco Torrealba, exministro del Trabajo e integrante de la Dirección Nacional del PSUV, afirmó a TalCual que con este centralismo democrático se garantizará “la aplicación disciplinada de todas las decisiones que se tomen a lo interno de nuestra organización”.
En su opinión, la labor de la instancia superior del partido no dejará de lado “la importancia que tendrá siempre la participación protagónica de nuestra militancia en todos los debates, desde las células fundamentales hasta la más importante estructura que es la Dirección Nacional del partido”.
Para ejecutar ese centralismo democrático, el IV Congreso del PSUV determinó entonces una estructura más horizontal, que se distancia de la piramidal que lo caracterizó hasta ahora
Las instancias del partido eran (de arriba hacia abajo) la Dirección Nacional (que fue la máxima instancia de la organización), con un Buró Político (encargado de la dirección y coordinación diaria), las vicepresidencias regionales y las municipales, mientras en la base figuraban los estados mayores de los Círculos de Lucha Popular (CLP) y las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH).
Con el cambio, los miembros de la Dirección Nacional, los de la dirección de la Juventud-PSUV, gobernadores y protectores de estado, así como los alcaldes, pasan a formar parte del Comando Central Bolivariano, que viene a ser el máximo órgano de dirección de la organización entre cada congreso, y al que se suma un Consejo Político, al que los psuvistas se refieren como el “consejo de la experiencia”, y que agrupa a 20 dirigentes de larga trayectoria dentro del movimiento.
De 20 integrantes de este consejo, solo seis tienen actualmente algún cargo público, como el gobernador Jorge García Carneiro, el diputado Earle Herrera y los ministros Iris Varela, Ernesto Villegas, el embajador y presidente honorario de Pdvsa Alí Rodríguez Araque y el alcalde Rodolfo Sanz.
El resto lo conforman extitulares de alguna cartera del Ejecutivo, como Ramón Rodríguez Chacín, María Cristina Iglesias y Farruco Sesto; además del exvicepresidente José Vicente Rangel y los exparlamentarios Fernando Soto Rojas y William Fariñas, así como los exgobernadores Luis Reyes Reyes y Francisco Arias Cárdenas.
Francisco Torrealba indica que este consejo de personas de gran experiencia “nos ayudará a no perder de vista el camino de nuestro líder fundamental que es el comandante Hugo Chávez; porque la mayoría de ellos tuvo la oportunidad de trabajar de forma muy cercana al creador de nuestro partido”
Los experimentados dirigentes podrán dar orientaciones al partido o ser objeto colectiva o individualmente de consultas ante cualquier disyuntiva que se presente. Son, por así decirlo, los depositarios del modo de hacer las cosas que impulsó en el partido el llamado “comandante eterno”.
“Ellos continuarán haciendo sus aportes para enriquecer el desarrollo de los debates, de las decisiones que se alcancen, con su conocimiento y experiencia las orientaciones que tenemos quedar a nuestra militancia para seguir conduciéndonos acertadamente como partido mayoritario que somos en Venezuela”, indica quien es el actual presidente de la Comisión de Trabajadores y Trabajadoras de la Asamblea Nacional Constituyente
La visión de Torrealba es que esta suerte de “notables” del partido van a ser consultados permanentemente y que sus aportes serán de mucho peso. “Siempre se atenderán adecuadamente las contribuciones que se hagan desde las distintas instancias y ésta es una muy importante. Así que (el consejo) tendrá siempre una especial atención”, aseguró.
Antiimperialismo desde las comunidades
Así como hubo cambios en las “altas esferas” del PSUV, también hacia las bases se determinó una reestructuración importante.
El IV Congreso del PSUV ordenó suprimir los Círculos de Lucha Popular (CLP), que eran grupos de cuatro UBCH que debían organizar y movilizar a las comunidades en torno a la «construcción del socialismo bolivariano”. En lo sucesivo, se estableció que las UBCH llevarán las nuevas direcciones políticas en las comunidades, pasando a tener la máxima responsabilidad de la dirección del partido a nivel local.
En la clausura del Congreso, Nicolás Maduro aseguró que las luchas populares “ya cumplieron su misión”.
Las UBCH forman parte, a su vez, junto con las patrullas territoriales de cada calle, escalera o vereda de barrios y urbanizaciones, de una Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS), que se crea, según lo establecido por el Congreso, “con la intención de enfrentar con mayor eficacia la constante amenaza de los Estados Unidos de recolonizarnos”.
Las UBCH pasan a tener como objetivo la organización para la defensa integral de la nación en los ámbitos ideológico, cultural, político, social, económico, electoral y hasta militar
Deben entonces definir las comunidades que se encuentran dentro de su área de influencia territorial y desplegarse calle por calle y casa por casa, para la caracterización sociopolítica de los habitantes y el conocimiento pleno del territorio.
Queda entonces claro que cada ciudadano quedará caracterizado según las UBCH en algún segmento social y también político, además de categorizado en un posible rol en lo electoral, lo político y lo económico y ante la amenaza del “enemigo histórico” de la nación.
“Son nuestro contacto directo con la base del pueblo venezolano para escuchar de primera mano sus problemas, sus inquietudes, quejas, propuestas, y en la construcción de soluciones a los problemas que vive el ciudadano común de Venezuela. De allí la importancia que tiene porque es la llegada directa, estrecha, cercana a los ciudadanos que militan o no en PSUV; no serán personas extrañas a sus comunidades, a las calles, urbanizaciones, barrios y caseríos de los que formen parte, sino que serán integradas por ellos mismos, así que tienen una importancia fundamental y un gran trabajo para desarrollarse como estructura”, detalla Torrealba.
El constituyente no está de acuerdo con que esta misión de identificación política de cada ciudadano sirva para la marginación de quienes no respalden al proceso chavista
“Las políticas de la revolución bolivariana y socialista han sido permanentemente de inclusión, aquí no se excluye ni margina a nadie y eso se expresa en la atención que se la da a los ciudadanos en las misiones. En algunos casos hemos escuchado a militantes nuestros que se quejan de que se les dé viviendas a personas que no están afiliados al partido. Es una orientación que desde el principio tiene la revolución bolivariana; no consideramos a los ciudadanos que no militan en nuestro partido como enemigos sino como personas que posiblemente con una orientación debida y una participación adecuada, podrían estar sumándose a nuestra organización. A todos ellos queremos llegar de forma correcta, no para aislarlos sino para sumarlos”, es su consideración sobre este tema.
Finalmente, insiste en que el PSUV tiene que garantizar el mantenerse en permanente crecimiento, revisión y encuentro con todos los ciudadanos: “Algunos que se hayan ido molestos por alguna discrepancia que hayan tenido en el pasado tenemos que asegurarnos de que vuelvan a encontrarse con nosotros, y los que nunca han estado a nuestro lado tendremos que acercarnos a ellos para que conozcan de manera directa cómo es la filosofía e ideología con que se maneja la revolución bolivariana y el partido”.
Se trata de una estructura más compacta y que está ya no solo muy cercana al pueblo, sino que tiene los ojos (que identifican al PSUV) puestos sobre cada ciudadano.