Derrames de agua por tuberías rotas son el nuevo problema de habitantes de El Junquito
Vecinos han reportado los botes de agua ante Hidrocapital, pero les dijeron que no hay recursos para solventar las fallas
El problema del agua para los habitantes de los kilómetros 15 y 16 de la vía a El Junquito cambió radicalmente en pocas semanas: pasaron de padecer una sequía continuada de 14 meses a botes constantes de agua.
Desde enero de 2018 hasta marzo de 2019 el agua nunca llegó. Sorpresivamente para los habitantes de esta zona, el líquido comenzó a fluir nuevamente una vez que se recobró el servicio eléctrico tras los fuertes apagones que afectaron al país en el mes de marzo.
Desde entonces aparecieron tres botes grandes de agua limpia entre los kilómetros 15 y 16. Los vecinos consideran que la rotura de las tuberías se dio porque los conductos pasaron tanto tiempo secos que se oxidaron, se carcomieron y, al recibir agua con presión, se rompieron.
Subiendo a El Junquito, el primer bote se encuentra en la entrada de la urbanización Rómulo Gallegos, en el kilómetro 15, justo afuera de una ferretería. El torrente que se forma por la gran cantidad de agua limpia que se botaba en esa rotura sobrepasa los tobillos de cualquiera que tuviera que pasar caminando por el lugar.
Los vecinos reportaron el problema ante Hidrocapital y la empresa estatal envió a unos trabajadores; sin embargo, no pudieron solventar la falla por completo. «Hidrocapital vino solo a ver el bote de agua en la Rómulo Gallegos, pero no los otros», asegura Irma Gil, residente de la urbanización Sabaneta Baja, ubicada en el kilómetro 16.
Un vecino de la Rómulo Gallegos afirmó que los trabajadores de la hidrológica fueron varias veces, rompieron la calle por donde pasa la tubería, cercaron la tubería con una cinta, cerraron un poco el bote pero no solucionaron el problema por completo. Se fueron y desde entonces no han vuelto al lugar.
Gil, quien ha ido en varias oportunidades a Hidrocapital a reportar los tres botes de estos kilómetros, cuenta que en la empresa le dijeron que el derrame «deben arreglarlo ellos mismos porque no hay recursos».
El siguiente bote, desde donde el agua brota burbujeante como de una naciente y con olor a cloro, está ubicado justo a las puertas del cerrado colegio Juan Vicente Bolívar. Jhon Colmenares, quien reside en la zona, dijo que los vecinos han intentado reparar este bote con gomas y alambre, pero la presión es tan fuerte que termina deshaciendo la precaria solución casera.
Las tuberías rotas de aguas blancas son el nuevo problema de los habitantes de El Junquito.
Bote del kilómetro 15 pic.twitter.com/PyLbLhcn3h
— Luna Perdomo (@LunaPerdomo) 27 de junio de 2019
Aunque el agua comenzó a llegar desde el pasado mes de marzo, Irma Gil afirma que «tampoco el suministro es constante. A veces pasan 15 días sin venir, otras hasta dos meses. No hay fecha fija».
Del mismo modo, Gil cuenta que los distintos botes de agua en la vía principal hacen que esta llegue con menos fuerza a las casas y que muchas viviendas tarden más tiempo en recibirla.
El tercer bote está ubicado justo en la entrada de la escuela Sabaneta, en el kilómetro 16, y la rotura de la tubería esparce el agua por el aire a fuerte presión. De hecho, a la hora de la salida del colegio es común ver a los estudiantes pasar corriendo para evitar mojarse. La fuga justamente da a una quebrada por la que baja el agua que se derrama.
Irma Gil afirma que aunque en varias oportunidades han reportado ante Hidrocapital las roturas de las tuberías, la empresa no ha ido a revisarlas. Los vecinos de la zona están agradecidos por recibir el servicio de manera más constante, pero exigen que las tuberías sean reparadas para mejorar el suministro.