Despejando la equis, por Carlos Alberto Monsalve
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La equis tiene la singularidad de poder ser una letra, un signo, como en el caso de las matemáticas, o un símbolo, con variadas interpretaciones, entre las que se encuentran lo enigmático o las múltiples posibilidades.
Su origen se remonta al alfabeto fenicio, de donde lo toman los griegos y de allí nos llega a nuestras lenguas romances, a través del latín.
La presencia de la equis, en una palabra, de nuestro idioma, le da un sonido especial y distinguido a la pronunciación de dicha palabra, en comparación a otras palabras del mismo género.
Por todo ello, podemos decir que la equis tiene su abolengo.
Sin embargo, parodiando el famoso proverbio latino de Publio Terencio, nada de lo mundano le es ajeno, llegando, inclusive, a transitar terrenos escabrosos. Así encontramos, por ejemplo, que la forma de la equis fue una variante del método de tortura y muerte, como lo fue la crucifixión, desde sus orígenes persas.
Recién, el año pasado, la equis reemplazo a la imagen de un icónico pajarito azul, que distinguía a una red social conocida como Twitter. De esta manera, la equis paso a ser el logotipo de una red social que tiene 619 millones de usuarios en el mundo, red social con la cual el gobierno venezolano ha «roto relaciones», en una de sus tantas iracundas respuestas post electorales, después del 28 de julio del presente año, mermando así, aún más, el reducido espacio de la libertad de expresión en el país.
Pero también en estos días post electorales, ha aparecido en algunas casas de una barriada popular caraqueña, la figura de la equis, para señalar aquellas casas, cuyos habitantes, a través del sonido de las cacerolas, manifiestan su protesta por el fraude cometido por el gobierno a través del CNE, con los resultados del 28 de Julio.
En las ecuaciones de primer grado, usualmente, la equis es la incógnita por resolver.
Desde este punto de vista, esas equis pintadas en las casas se pudieran interpretar como una gran incógnita por solucionar, que debe superar la ecuación perversa construida con los elementos del fraude y la represión. Ecuación que se pudiera solventar en sana paz, si equis es el cumplimiento de la ley y las normas que rigen los procesos electorales en nuestro país. ¿Qué necesidad hay de hackear la credibilidad que debe tener un pueblo de sus instituciones?
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Si hay la disposición política, de las instituciones del Estado, de respetar la voluntad del pueblo expresada a través del voto, esas equis pudieran convertirse en la señal de la reflexión necesaria sobre la convivencia entre la ideas y opiniones contrarias, que siempre van a formar parte de nuestra sociedad, por más que se pretenda uniformarnos bajo un pensamiento único.
Al fin y al cabo, la figura de la equis está construida con dos líneas que se inclinan hacia lados contrarios, que tienen un punto de encuentro, sin el cual dejaría de ser lo que es.
Carlos Alberto Monsalve es profesor en la Universidad Central de Venezuela
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