Desprestigio bien ganado, por Xabier Coscojuela
Que las normas se flexibilizan cuando le interesa al bando rojo y se vuelve firmes cuando no. Todo eso ocurre, y es una campaña dirigida por la propia Tibisay Lucena
Autor: Xabier Coscojuela
Estamos de acuerdo con Tibisay Lucena. Existe una campaña contra la directiva del Consejo Nacional Electoral. De eso no tenemos ninguna duda. Se pone en entredicho el que sea un árbitro imparcial. Se afirma que es tan rojo como el Partido Socialista Unido de Venezuela.
Que las rectoras son militantes de ese partido. Que las normas se flexibilizan cuando le interesa al bando rojo y se vuelve firmes cuando no. Todo eso ocurre, y es una campaña dirigida por la propia Tibisay Lucena.
En la rueda de prensa del pasado miércoles volvió a dar argumentos a quienes creemos que es ella misma quien dirige la estrategia para desprestigiar al ente que preside. La rectora comenzó sus palabras señalando que toda la actuación del organismo tiene como finalidad garantizar los derechos políticos de todos los venezolanos; que en relación con la solicitud del referendo revocatorio existe un reglamento que data del año 2007, donde están claramente establecidos todos los pasos que hay que dar para su concreción y que los factores políticos que estaban solicitando activarlo para revocar el mandato de Nicolás Maduro había cometido omisiones las cuales, al serle señaladas, las habían utilizado para realizar una campaña en contra del poder electoral.
Fue reiterativa en recordar que la normativa tenía nueve años de vigencia y que la misma ya se había aplicado con anterioridad.
Que todo el mundo la conocía. Dejó entrever que si la MUD no había cumplido con el mismo la culpa no se le podía achacar a la directiva del ente comicial. Hasta allí lucía impecable la rectora.
Sin embargo, este reglamento de nueve años va a sufrir una modificación o, en todo caso, no se va a aplicar tal como está redactado.
Por extraño que les pueda parecer, ese cambio se va a realizar para atender una solicitud del comando que nombró el presidente Nicolás Maduro. No vayan a pensar mal. Es pura casualidad. Si la petición la hubiera hecho la MUD pues en ese caso el reglamento se aplicaría al pie de la letra. Otra casualidad.
Como dijimos la semana pasada, si Lucena y sus tres compañeras de partido arbitraran un juego de beisbol, los innings cuando la MUD bateara terminarían con un out, mientras que cuando el turno al bate fuera del PSUV habría que hacerle siete outs, o más, si fuera necesario, para lo cual las rectoras actuarían de manera sobrevenida.
La rectora Lucena se mostró muy molesta por la acción de los diputados que se encadenaron en la sede principal hace unas semanas. Considera dicha acción como una agresión.
Esperaba alguna manifestación de solidaridad de actores políticos, como gusta llamar a los partidos, que no fueran de su sector.
Defendió la actuación de la Guardia Nacional y no dijo nada de los «actores políticos» rojo rojitos que agredieron a periodistas y diputados de oposición.
Si la rectora Lucena y sus tres compañeras de tolda tienen como norte garantizar los derechos políticos de todos los venezolanos -en donde meten que el capitán Cabello pueda amedrentar a funcionarios que firmaron-, deberían exigirle al Gobierno de su compañero Nicolás Maduro que garantizara la seguridad a todo el que esté ejerciendo sus derechos dentro de la Constitución. Debería llamarles la atención que los integrantes de la MUD hayan entregado las firmas para el referendo un día distinto al anunciado para evitar ser agredidos frente a la sede del CNE.
Nosotros estamos convencidos que se producirán más irregularidades en este camino que debe llegar al referendo revocatorio. Estamos seguros que de esas irregularidades serán responsables Lucena y sus compañeras de partido. Todo ello contribuirá con la mala imagen que tienen entre la mayoría de los venezolanos, según todas las encuestas. Seguirán poniendo obstáculos en el camino y tratando de evitar que el pueblo se exprese. Tienen una gran responsabilidad sobre sus hombros y no se están comportando a la altura que deberían. La MUD persistirá en el camino trazado y las seguirá dejando desnudas ante la opinión pública. El desprestigio que tienen se lo han ganado a pulso.
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