Disquisiciones sobre la pava, por Simón Boccanegra
Ya hasta entre los fans de Atila se riega la especie de que el hombre emite más pavovatios que Guri megavatios. Es pavoso, qué se le va a hacer. Ya nuestro equipo femenino de softbol le había ganado al de China, pero para su segundo juego Atila se les metió en el dugout y las muchachas perdieron. Menos mal que no se le ocurrió montar el show ridículo que hizo después del juego, antes de éste, porque hubiéramos perdido por nocaut. De todos modos perdimos el torneo.
El imperio nos ganó y nuestro equipo, que es bueno, no entró ni siquiera entre los cuatro primeros. Esa pava es de alto voltaje. En el Mundial, se puso la camiseta de Ghana y los jodió. Se puso la canariña y Brasil perdió. Pronosticó que los goles que no hizo Brasil los haría Argentina al día siguiente y los alemanes les clavaron cuatro, en una goleada histórica. Ahora se entera este minicronista de que en el canal 8 estuvieron pasando una cuña con Atila y Maradona (o Metadona, como le dicen por allá). Era imposible que Argentina ganara. El poder pavométrico combinado de esas dos joyitas hubiera reventado un bunker atómico.
La cuña, por cierto, duró hasta la catastrófica derrota (De paso, se hace saber que más allá del intragable Metadona, este minicronista iba a Argentina y también a Brasil. De manera que hace a Atila responsable de esas dos derrotas y de las apuestas que perdió). No puedo cerrar esta breve crónica esotérica sin recordar que en una pasada por TVes oí a un charlatán que allí fungía de narrador hablando de «Corea Socialista» cuando se refería al equipo de Corea del Norte. La verdad es que estos muchachos del chavismo a veces dan lástima. ¡Mire que «Corea Socialista» esa monarquía feroz!