Doble discurso, por Teodoro Petkoff
El mismo José Vicente Rangel que ayer denunciaba sin pruebas, hoy escurre el bulto ante una denuncia documentada
El 26 de octubre de 1995 un grupo de 14 generales de división de la Aviación publicó en El Universal un remitido (Carta Abierta al Dr. José Vicente Rangel) cuyo título general era «Ante la injuria contra los generales de la Fuerza Aérea Venezolana». En uno de sus párrafos se puede leer lo siguiente: «Usted, Doctor Rangel, se ha caracterizado siempre por sobredimensionar la denuncia y hacer más estridente la crítica, utilizando el amarillismo como arma, abusando de las influencias, negociados y compadrazgos, utilizando los medios de comunicación puestos a su disposición para su provecho político personal». Rangel había acusado en su programa de TV a un grupo de oficiales activos de la Fuerza Aérea de «estarse repartiendo un botín con el mantenimiento del sistema de aviones C-130».
¿Había mostrado José Vicente un documento de la FAV en el cual se demostrara lo que afirmaba? ¿Presentó alguna prueba de su alegato? No; simplemente, según su costumbre, «citó» a Cicerón. Sin embargo, es este mismo José Vicente Rangel, hoy ministro de la Defensa, quien ayer del modo más irresponsable hacía públicas cualquier cantidad de denuncias, sin soporte documental alguno, el que hoy acusa a TalCual de «irresponsable». ¿Irresponsables nosotros, que hemos publicado un documento de la DIM firmado por el general Martínez Morales? Si decimos que el burro es negro es porque tenemos los pelos en la mano. ¿Hizo alguna vez José Vicente algo parecido? ¿Alguna vez dio espacio a la gente que «agraviaba» para que pudieran responderle? NUNCA. Los agraviados por José Vicente tenían que hacer lo que los generales de la Aviación: pagar remitidos en la prensa para ejercer su derecho a réplica. Más aún, José Vicente con frecuencia sostenía que él no era fiscal ni policía y que no tenía por qué averiguar nada, que para eso estaban las autoridades competentes.
Nosotros, que jamás actuamos de ese modo irresponsable, cada denuncia que presentamos, la sustentamos documentalmente o con testimonios personales. Por eso mostramos la firma del jefe de la DIM y un ángulo del documento para que el lector pudiera ver que no hablábamos paja. ¿Es sobre eso que dicen haber hecho una «prueba grafológica»? Si fuere así, cualquier profesional de la grafología tendría que haber advertido que una prueba de esa naturaleza sólo puede hacerse confiablemente sobre documentos ORIGINALES. Originales sólo puede tenerlos la DIM, pero obviamente sobre esos no se puede hacer prueba alguna porque sería admitir la veracidad del informe. El otro original lo tenemos nosotros y no lo hemos entregado a nadie para una supuesta prueba grafológica. Luego, no puede existir ninguna demostración de la «falsedad» del documento y lo de la prueba grafológica es una patraña más. ¿Nos cuentas otra vez el cuento del gallo pelón, José Vicente?