Dos reclusos asesinados durante un motín por hacinamiento en los calabozos de Zona 7
Los familiares denunciaban desde las afueras del centro de detención conocido como Zona 7, que los efectivos de la PNB cobran “por todo”, incluso porque los presos reciban la visita de sus seres queridos
Son dos los reclusos asesinados durante el motín que se registró la noche del martes 3 de septiembre en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) ubicado en la zona 7 de Boleíta, en el estado Miranda.
#Ahora Los detenidos del centro de detención preventiva de la PNB, mejor conocida como Zona 7 ubicado en Boleita exigen el traslado a centros de reclusión. Denuncian las condiciones de hacinamiento dentro del lugar #4Sep #4SepTC
— TalCual (@DiarioTalCual) September 4, 2019
Como Erick José Gastón Pantoja de 24 años y Javier Román Castillo fueron identificadas ambas víctimas, quienes de acuerdo a la versión de los familiares, murieron decapitados por su compañeros de celda.
Los más de 1.000 detenidos recluidos en este centro de detención preventiva quemaron colchonetas y destrozaron rejas, para exigir ser trasladado inmediatamente a una cárcel, también para denunciar las condiciones de hacinamiento e insalubridad a las que están sometidos.
Todo comenzó pasada las 6:00 pm, cuando aún con visita dentro del recinto policial los presos recluidos en los calabozos 4, 5 y 6 comenzaron el alzamiento, por lo que los efectivos de la PNB retiraron a los familiares del lugar.
Este miércoles 4 de agosto los familiares y allegados de los reclusos amanecieron en las inmediaciones de Zona 7, donde el espacio estaba acordonado por efectivos de la PNB desde tres cuadras más abajo de donde está el centro de detención preventiva.
Entre los presentes se encontraba Armelis Hernández, esposa de Erick Gastón, uno de los reclusos asesinados durante el motín. La mujer aseguró que su esposo había sido decapitado y que no se trataba de ningún violador como habían dicho.
Explicó que su esposo estaba detenido desde el 9 de agosto de 2018, cuando fue aprendido en Guatire junto a un amigo, ambos estaban acusados de hurto. Desde entonces estaba recluido en los calabozos de la PNB en Boleita.
Gastón tenía más de un año detenido en el lugar y había sido sentenciado a dos años de prisión acusado de hurto. Deja tres hijos de 5, 4 y 1 año.
Funcionarios de la PNB guisan con los derechos de los reclusos
Los familiares denunciaban desde las afueras del lugar que los efectivos de la PNB cobran “por todo”, incluso porque los presos reciban la visita de sus seres queridos.
Tal es el caso de Grimenia Rojas, quien denunció a TalCual que para visitar a su hijo recluido en el lugar debe cancelar Bs. 10.000, monto aparte a los 15.000 bolívares que le exigen para poder permitir el ingreso de alimentos y agua potable.
La mujer que viene desde Petare asegura que Fernando Rojas, su hijo, está detenido desde hace nueve meses, cuando funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) adscritos a la PNB “lo sembraron, y me estaban cobrando $1000 por su libertad… lo culparon de haber robado una camioneta cuando hay testigos que él no hizo nada”.
Grimenia Rojas era una de las tantas familias que esperaba a las afueras de Zona 7, con la intención de recibir información sobre su hijo, que tiene recluidos “nueve meses en este infierno”.
#Ahora Rojas dice que ha denunciado su caso en los Tribunales y lo que han hecho es cambiarle el fiscal. Denuncia que cuando los familiares de los reclusos se atreven a denunciar a los detenidos los torturan #4Sep #4SepTC pic.twitter.com/gxPRsW2n47
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Explicó que en el lugar existe un calabozo conocido como “el tigrito”, un espacio totalmente cerrado, sin ventilación alguna, acá llegan los reclusos y sus familiares deben cancelar entre 100 y 150 dólares para que los trasladen a una celda con más ventilación.
Aún en su angustia la mujer se atrevió a declarar y aseguró que por denunciar a la prensa lo más probable es que su hijo fuese sometido a graves torturas.
Esta historia se repite en todos los casos, una de las presentes que no quiso dar su nombre, dijo que quería que su familiar fuese trasladado hasta el destacamento de la PNB ubicado en La Yaguara, para concretar este traslado los funcionarios le exigieron pagar 500 dólares.
Pasado el mediodía los cadáveres ya habían sido retirados y un efectivo de la PNB les informó que sí se concretaría el traslado de los detenidos.
A las puertas del lugar los familiares denunciaban que solo 200 reclusos iban a ser trasladados, de los más de 1.000 que están hacinados en el centro de detención.
Centros de reclusión pasan a ser las nuevas cárceles
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) indicó a través de un comunicado que desde que el ministerio de Servicio Penitenciario, «se ha dado a la tarea de cerrar los cupos en las cárceles», los calabozos de los organismos de seguridad se han llenado de presos.
Aseguran que uno de los más críticos es el de la Policía Nacional Boliviana de la Zona 7 de Boleíta.
Dicho calabozo tienen una capacidad de albergue de 250 presos que en teoría no deben pasar un lapso mayor a 48 horas, «pero la realidad es otra el promedio de presos en esos calabozos siempre es entre 900 y mil personas. Actualmente hay 953».
«El hacinamiento, es una bomba de tiempo en cada centro de detención que ya ha generado tres masacres en los últimos años, la primera en un centro de detención en Puerto Ayacucho estado Amazonas en el 2017, la segunda en Policarabobo en el 2018 y la tercera en PoliAcarigua hecho ocurrido este mismo año», advierte la OVP.
Responsabilizan directamente al ministerio de Servicios Penitenciarios al negar los cupos en las cárceles. Han permitido la sobrepoblación de los calabozos y los presos están en manos de funcionarios que no están preparados para su custodia convirtiéndolos en los primeros violadores de DDHH.
Indicaron que informarán de toda esta situación a la Comisión Interamericana de DDHH, al Relator de Personas detenidas en Las Américas de la CIDH, Sistema Interamericano a la Relatoría de Personas Privadas de Libertad y Relator de Venezuela de CIDH, al Sistema Universal al Comité Contra la Tortura y otros Tratos Crueles Degradantes e Inhumanos a la Relatoría de Detenciones Arbitrarias