Ecoanalítica: Economía venezolana cerró 2023 con caída de 0,7%
No todos los registros de la economía venezolana fueron peores que en 2022, pues la inflación, pese a seguir siendo la más alta del mundo, se estimó en 172%, una mejora frente a la cifra de 234% arrojada por el BCV el año anterior
El director de la consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, ofreció un balance sobre los resultados de la economía recabados por la empresa para el cierre de 2023, con lo que se confirmó la advertida caída de la actividad económica en 0,7% en comparación con el año anterior.
La caída de la economía en 2023 no es sorpresa para nadie que haya hecho seguimiento en el transcurso del año, pues los dos primeros trimestres registraron una fuerte contracción y en el tercero se frenó. Las expectativas estaban centradas en unos sobresalientes últimos tres meses para cerrar en números verdes, pero pese a la mejora entre octubre y diciembre, no fue suficiente para balancear el año.
Aunque el revés económico no fuese sorpresivo, sí marca una diferencia con respecto a las perspectivas económicas que tenía Ecoanalítica en octubre para el cierre del año, cuando proyectaban un tímido crecimiento de 1,7%. En su ponencia, Oliveros advertía por aquel entonces que era un poco más conservador y esperaba que 2023 acabaría con una variación más cercana a 0.
Esta caída estuvo estrechamente relacionada con un rendimiento insatisfactorio del sector comercial, que fue el bastión de la leve recuperación económica experimentada por Venezuela en 2021 y 2022. En esta ocasión, 2023 cerró con una contracción del consumo privado en 4%.
Durante meses, empresarios y economistas advirtieron una disminución importante en el consumo, un factor que impedía el crecimiento de la economía a través del sector comercial. Las empresas, incluso teniendo la capacidad de incrementar la producción, no encontrarían destino para ese excedente de productos porque las ventas caían.
Esta situación vino de la mano de un estancamiento importante de los salarios, especialmente en la administración pública, puesto que el gobierno de Nicolás Maduro acumula 21 meses sin aprobar aumentos, sino únicamente ajustes de bonos, mientras la inflación —tanto en bolívares como en dólares— sigue su curso. Como resultado, Venezuela cada día es más costosa y la población cada vez tiene menos poder adquisitivo.
En otros ámbitos, no todos los números fueron peores que en 2022. La inflación sigue siendo la más elevada del mundo, pero logró desacelerarse frente al año anterior.
Oliveros afirmó que la variación de la tasa de inflación en 2023 cerró en torno a 172,6%. Los datos del Banco Central de Venezuela (BCV) calcularon 234% en el índice nacional de precios el año pasado, por lo que se evidencia una desaceleración inflacionaria en el período.
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Estos resultados tienen mucho que ver con la política de intervención cambiaria aplicada por el BCV, que inyecta divisas en las mesas de cambio para aumentar artificialmente la oferta de dólares y contener la variación de su precio. Como la mayoría de los precios de bienes y servicios en el país están anclados al dólar, la estabilidad del tipo de cambio termina evitando que se disparen los precios en bolívares.
Pero los dólares en Venezuela también padecen de inflación. Los precios de bienes y servicios incrementan incluso marcados en dólares. Sin embargo, en los últimos 12 meses hubo una notable mejora frente al ritmo inflacionario experimentado en el año anterior, pues 2023 cerró con una inflación en dólares de 11,1%; mientras que al término de 2022 se calculaba aproximadamente 25%.
Finalmente, el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, remarcó que el bolívar sufrió una devaluación de 51,7%. Esto quiere decir que perdió aproximadamente la mitad del valor que tenía a inicios de año.