Economía-mundo, por Ángel Lombardi Lombardi
Twitter: @angellombardi
La globalización o mundialización de la economía parecieran conceptos de última moda pero realmente el fenómeno del «mercado y el intercambio o comercio» acompaña a la humanidad desde hace muchos milenios. La autarquía o autosuficiencia económica se pierde en las brumas de los orígenes humanos. Lo cierto es la necesidad de intercambiar para satisfacer nuestras necesidades en función de una división natural del trabajo y la producción.
Así es como nacen los primeros poblados y ciudades, en sitios y vías de encuentro e intercambio a nivel del trueque o algún tipo de medida de valor equivalente y con el tiempo a la invención del dinero y todas las complejidades financieras en permanente cambio y desarrollo.
Para el mundo griego, las rutas del comercio territorializaban y definían la ecumene. o tierras conocidas. Como es sabido este largo y complejo proceso de exploración y encuentro culmina en 1492 con la incorporación de América al mundo conocido y a partir de allí en los siglos subsiguientes no hay lugar del mundo ajeno al conocimiento geográfico y a la economía.
En este sentido se puede hablar de economía global desde el siglo XVI en adelante. Toda la tierra era incorporada progresivamente al intercambio económico y este cada vez era más intenso y universal hasta llegar a una interdependencia absoluta.
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Ningún país puede prescindir de los otros, y la mejor evidencia es lo que está sucediendo actualmente con la invasión rusa a Ucrania que está terminando por afectar la economía mundial con fuertes amenazas al crecimiento económico y la estabilidad del sistema geo-político global.
Los estudiosos del tema tienden a distinguir tres globalizaciones sucesivas y vinculadas con características propias cada una. La primera se ubica en los siglos XVI y XVII, la época de los «descubrimientos» viajes y exploraciones y que les da a algunos países europeos un protagonismo global y una supremacía económica que se consolida en los siglos XVIII y XIX, segunda globalización, con la llamada revolución industrial o revoluciones burguesas para la historiografía marxista, que permitió a Europa establecer su poder y dominio en todos los continentes.
La tercera globalización sería la del siglo XX y XXI en curso, que implicó la gran crisis europea de las dos guerras mundiales y la aparición de dos superpotencias hegemónicas y antagónicas y que en las últimas décadas incorpora a China para configurar un triángulo de poder mundial Estados Unidos/Rusia/China con sus inevitables tensiones y conflictos.
La globalización en curso está marcada de manera decisiva por las estructuras e intereses financieros y tecnológicos globales. Como conclusión pudiéramos decir que la globalización, mundialización o economía-mundo cada día se va a acentuar más y ello es inevitable porque es inherente y necesario a todas las economías y por el hecho que la humanidad ha descubierto de manera pragmática que habitamos la misma casa común y que sus problemas nos afectan a todos, como lo evidencia la pandemia en curso, el cambio climático, el problema demográfico, emigración, desplazados, pobreza y un largo etc. cuya marca dominante son las desigualdades crecientes y las violencias de todo tipo.
El mundo es uno y diverso como lo es la condición humana en términos antropológicos y culturales pero nuestras problemáticas interconectadas nos acercan y mucho más las soluciones requeridas.
Ángel Lombardi Lombardi es licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, con especialización en la Universidad Complutense y la Universidad de La Sorbona. Fue rector de la Universidad del Zulia y rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta.
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