Educación y plan país, por Marta de la Vega
En anteriores oportunidades nos hemos referido a un esfuerzo de mucho aliento y varios años, con visión de largo alcance, sin improvisaciones ni inmediatismo, realizado por un grupo significativo y variado de ciudadanos, cuyo denominador común es el amor por el país, la integridad, la aspiración al logro y el sentido de superación. Todos han recibido una destacada formación profesional en centros universitarios venezolanos y extranjeros de la mejor calidad.
Desde distintas ópticas, algunos actualmente residenciados fuera de Venezuela, otros desde adentro, han pensado de manera sistemática y sostenida el país deseable, su reconstrucción, los retos por inventar soluciones prácticas e innovadoras para resolver la plural crisis actual en medio del pantano en el que se hunde Venezuela.
Se trata del “Plan País”, cada vez más complejo, estructurado, multisectorial y orientador. Su más reciente avance, realizado en varias etapas, fue presentado en diciembre de 2019. Agenda social, agenda económica, agenda de hidrocarburos, agenda legislativa. Este trabajo es clave para trazar las rutas más adecuadas que enderecen el rumbo de Venezuela. Es una visión estratégica, un proyecto a largo plazo, que sirve a la vez de base a un gobierno de entendimiento nacional, pero que va mucho más allá de un programa de gobierno para la transición hacia la democracia.
Estamos obligados a conocerlo, puesto que, de muy distintas maneras, todos los que podemos, queremos aportar nuestro grano de arena.
No basta un grupo de gente calificada que piense prospectivamente las transformaciones indispensables para retomar el camino del desarrollo con inclusión, la reactivación y expansión del aparato productivo, el rescate de la infraestructura y los servicios públicos.
Es preciso un cambio cultural y de mentalidades que favorezca la cultura de la legalidad, el respeto por las normas, las virtudes cívicas, el deseo de superación mediante el trabajo y los méritos, la consolidación de las instituciones. De la sociedad civil plural y decente, numerosa y diversa, han de surgir muchísimos ciudadanos de bien, valiosos y preparados, que van a ser constructores en todos los campos, para poner en marcha y llevar a cabo con éxito un proyecto común de país, que afiance la confianza, la cohesión y el emprendimiento.
Todos estamos llamados a contribuir a esta tarea. Todos los que estén dispuestos a un cambio, no solo de modelo sino de régimen político, necesitamos acceder a las herramientas que orienten nuestras prácticas y acciones colectivas. Todos tenemos el deber cívico de conocer estos instrumentos. Son un medio eficaz para rescatar una visión republicana, una democracia a la vez exigente y participativa, un país de oportunidades.
Una vez atendida la catástrofe humanitaria compleja que sufre Venezuela, la educación, que forma parte de la agenda social, es prioritaria para producir reformas estructurales. Luis Ugalde, S.J., uno de los más agudos y lúcidos pensadores en este campo, traza una línea de acción decisiva en su más reciente texto, “Del Estado docente a la sociedad educadora”: redefinición del Estado y a la vez, relación conjunta y solidaria de familia, sociedad y Estado.
El resumen sobre “Educación Básica en el Plan País”, que recoge 4 aspectos esenciales, contexto, diagnóstico, visión y desafíos y acciones, muestra lo necesario para construir un sistema severamente afectado en todas sus dimensiones, que 20 años de régimen chavista-bolivariano ha dejado en ruinas. Mediante el análisis riguroso y muy detallado del sistema educativo de 1999 a 2019 en el Plan País, emergen las condiciones para transformar el actual panorama desolador en una afirmación de esperanza y logros.
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