¡El 23, el 23, el 23…! Veinte años no es nada…, por Eduardo López Sandoval
La muchedumbre marcha sin cabrestrero con una alegría en el rostro que solo pudiera escribirse bien si tuviera un líder y una idea un poco menos etérea que la quimérica de la Libertad…
La muchedumbre debería saber por experiencia que este 23 de enero no abrazará su sueño porque este movimiento está conducido por los mismos que, especialmente desde enero de 2016, desde el Poder Legislativo, se han acomodado a las intenciones del régimen…, que es permanecer por siempre
¡El 28, el 28, el 28! decía un chadeco en una publicidad para llamar a un evento electoral como de obligatoria realización un día 28 de un mes tal, que al final, cual los planes del Poseso, no se hizo,… pero no, no, no: no recordemos estas escenas tristonas. Para tristes rememoremos más bien el tango que dice algo así como: “Veinte años no es nada, vamos a vernos dentro de veinte años aquí…”
(A propósito de los años, en este caso de los años que puede RESISTIR un pueblo los embates de un gobierno dictatorial, vale este paréntesis en tono de resistencia a la venezolana, es decir, con acento de chiste: Ocurría como en todo el país una sana discusión en una calle del Barrio Caja de Agua de la Capital del Llano Integral Colombovenezolano, unos defendían que La Salida ahora sí es el 23 de enero, otros decían que bajo la conducción de esta “Oposición” no, que es imposible. Que este es otro circo de entrega como el Referéndum Revocatorio, como el engaño de la Ley de Amnistía, o el falso Plebiscito,… que este pueblo no resiste 6 años más de dictadura del Interfecto,… que sí resiste, que si no…
*Lea también: El espíritu del 23 de enero, por Américo Martín
Interviene Fernando con un tono que parece va a relajar la gravedad de la discusión, se puede escapar por la tangente del chiste: “Sí resiste compae, este pueblo claro que sí resiste 6 años más de dictadura, claro que sí resistimos; es como si a ti injustamente te condenaran a estar 26 años preso en la PGV, y ya llevas 20, qué te cuesta esperá 6 añitos más…, jajaja”).
La muchedumbre con la alegría de la esperanza de la libertad marcha, se deja conducir por los mismos líderes que han convenido con el Poseso en que la dictadura no se interrumpa, nos guiaron a no aprobar la Ausencia Absoluta que reza el Artículo 233 de la Constitución en el 2016 (Ramos), que la aprobaron y la olvidaron en el 2017 (Borges), que en el 2018 ignoraron por un año esta salida a la crisis (En este paréntesis debiera ir el nombre del chadeco que ocupó la presidencia del Parlamento por este largo año, pero no lo recuerdo).
La no aprobación, primero, y la no aplicación después de ser aprobada, nunca tuvo alguna razón de ser, una explicación con tono de excusa es que la correcta lectura de esta artículo significaba, tal y como le pasó a Dilma en Brasil, la salida inmediata del dictador, disque: “estos no iban a salir sin violencia”… “y nosotros no tenemos las armas”… “para evitar los muertos”… (Puntos suspensivos hasta el 23…).
En una República no hay un Poder por encima de otro, actúan independientes. Si acaso hay un Poder primero ese es el Parlamento por ser la Representación del pueblo, precisamente. Cuando hay choques irreconciliables dentro del plano de la política entre dos Poderes: es la guerra. Es la violencia. Desde donde normalmente nace una nueva República, con la intervención del pueblo, muertos mediante…
Este 23 de enero bien pudieran pasar dos cosas, una, que el Presidente del Parlamento se juramente como Presidente del Ejecutivo, nombre Ministros, nombre nuevos Embajadores en la ONU y en la OEA, y remita nuevas firmas para las cuentas bancarias en el exterior, nueva directiva de Pdvsa…, que cumpla tarde el Parlamento –aunque más vale tarde que nunca- con la orden que el pueblo venezolano les dio en diciembre de 2015, que cambien al Gobierno como lo espera además el mundo. O, dos, que sigan acomodados a la conducción de la dictadura como hasta este 22 de enero lo han hecho…