El acuerdo de gobernabilidad, por Simón Boccanegra

La verdad es que la experiencia de la Coordinadora Democrática ha resultado bien interesante. Conformada a mediados del 2002, ha logrado articular la acción de unas sesenta organizaciones sociales, entre partidos políticos y ONG, cuyas opiniones políticas se extienden en un arco que va desde la izquierda hasta la derecha.Ya eso solamente constituye un pequeño milagro. Ha podido superar las lógicas divergencias internas que son propias de un conglomerado tan variado y lo ha hecho con tolerancia y paciencia democrática. Una vez que recuperó plenamente la conducción del conjunto y se deslindó de los sectores extremistas que la lastraban, la CD diseñó e impulsó una estrategia democrática, aplicada sin caer en las provocaciones del gobierno, en particular las de su mayor especialista en esos menesteres, JVR, que impidió al oficialismo zafarse del RR. El modo como manejó la cuestión de los reparos fue realmente magistral y ahora, con el acuerdo de gobernabilidad firmado ayer, que se añade a las líneas gruesas de un plan de gobierno, la CD acentuó el perfil de alternativa de poder. El acuerdo de gobernabilidad no es sólo un compromiso unitario para hacer frente al desafío referendario, que ya está andando en la práctica, sino un compromiso para escoger un eventual candidato presidencial de un modo que no afecte la unidad de propósitos lograda hasta el momento. No es poca cosa. Ahora, a ganar el RR.