El ADN de los emprendedores, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
«La pasión, la ambición, la determinación y el coraje están en el corazón del espíritu del emprender», aseguró Ryan Burke, líder privado de EY Global, una de las firmas de servicios profesionales del mundo más importantes.
En julio pasado compartió en LinkedIn esa y otras reflexiones a propósito de que en ese mes celebraban a «50 emprendedores imparables de todo el mundo», en el EY World Entrepreneur Of The Year 2022.
«Los emprendedores tienen la capacidad de ver a la vuelta de la esquina y enfrentar los obstáculos de frente. Es la combinación de estas características vitales lo que realmente les brinda el poder de enfrentar los mayores desafíos que el planeta ha enfrentado durante generaciones», sostuvo.
Y no sin razón, pues hay algo definitivamente diferente en el ADN de los emprendedores. Ellos ven oportunidades en cada desafío. No le temen al fracaso, sino que simplemente ven la oportunidad de diseñar algo mejor, de hacer algo que nunca se ha hecho antes.
También sueñan, pero hacen esos sueños realidad. Su mundo es visión y, al mismo tiempo, acción y, por eso, son personas insaciablemente curiosas, implacablemente ambiciosas, inmensamente motivadas y, por encima de todas las cosas, imparables.
«Sus innovaciones ofrecen algunas de las respuestas para combatir el cambio climático, resistir cambios geopolíticos sísmicos y guiarnos a través de una pandemia global, cada una de las cuales continúa cambiando significativamente nuestro panorama social y económico de maneras que no podríamos haber previsto», sostiene Burke.
Pero más allá de ese halo especial que Burke les confiere a los emprendedores, hay un hecho indiscutible y es que ellos, al desarrollar nuevos negocios para satisfacer las necesidades de la población, contribuyen a incrementar la productividad y generar más empleos, dándole así un valor agregado a la economía.
El emprendimiento, que es la capacidad para identificar y coordinar de recursos productivos al servicio de una idea o innovación con el fin de materializar un negocio, es uno de los principales motores dinamizadores de las economías e impulsores del desarrollo productivo.
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Los negocios existentes pueden permanecer confinados en el ámbito de los mercados existentes y pueden alcanzar topes en términos de ingresos. Pero los nuevos productos o tecnologías de los emprendedores permiten crear nuevos mercados en los que desarrollarse y –no es una exageración– también nueva riqueza.
De allí que los emprendedores son considerados en muchos países como activos que deben ser motivados adecuadamente, ya que, si tienen éxito, sus innovaciones pueden mejorar incluso el nivel de vida de los ciudadanos.
Visto lo anterior, para Burke es crucial que estas «personas increíbles» obtengan el apoyo que necesitan para ser agentes de cambio a medida que transforman sus negocios y escalan a nuevas alturas.
Así que apoyar aquellas iniciativas que realmente generen un impacto positivo es, desde todo punto de vista, una ganancia para cualquier sociedad o país.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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